Estados Unidos alcanzó este sábado la cifra de 5.958.902 casos confirmados de COVID-19 y la de 182.718 fallecidos, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Este balance a las 20.00 hora local (00.00 GMT del domingo) es de 46.886 contagios más que el viernes y de 1.014 nuevas muertes.
Pese a que Nueva York ya no es el estado con un mayor número de contagios, sí sigue como el más golpeado en cuanto a muertos en Estados Unidos con 32.515, más que en Francia o España.
Tan solo en la ciudad de Nueva York han muerto 23.680 personas.
A Nueva York le siguen en número de fallecidos la vecina Nueva Jersey con 16.038, California (12.873), Texas (12.788) y Florida (11.110).
Otros estados con un gran número de muertos son Massachusetts con 9.036, Illinois (8.217), Pensilvania (7.759) y Michigan (6.745).
En cuanto a contagios, California suma 700.473, le sigue Texas con 635.690, tercero es Florida con 619.003, y Nueva York es cuarto con 464.595.
El balance provisional de fallecidos -182.718- ha superado ya con creces la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes a causa de la pandemia.
El presidente estadounidense, Donald Trump, rebajó esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50.000 y 60.000 fallecidos, aunque luego auguró hasta 110.000 muertos, un número que también se ha superado.
Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre Estados Unidos habrá superado los 255.000 fallecidos y para el 1 de diciembre los 310.000.