La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, felicitó este martes al presidente Alberto Fernández, al ministro Martín Guzmán y a los acreedores por haber alcanzado el acuerdo y dijo que fue un paso «muy significativo».
En un tuit, la jefa del organismo dijo: «Felicito al presidente @alferdez, al ministro @Martin_M_Guzman y los grupos acreedores de Argentina más importantes por haber alcanzado un acuerdo de principios para la deuda del país. Un paso muy significativo. Esperamos una conclusión exitosa que sea de interés para todos».
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Aunque siempre aclaró que miraba de afuera las negociaciones, el Fondo siguió muy de cerca el proceso de reestructuración con los bonistas. Es que el organismo otorgó a la Argentina, durante el gobierno de Mauricio Macri, el mayor préstamo de la historia del organismo, unos 57.000 millones de dólares, de los que se desembolsaron 44.000 millones. Y tiene interés en recuperar lo que le deben.
Después de las PASO en 2019 y las turbulencias financieras que se sucedieron después, los pagos cesaron y el Fondo declaró la deuda argentina como “no sostenible”, es decir que no se podía pagar dada la delicada situación económica de nuestro país.
Para volverla solvente recomendó, además, una “contribución apreciable” (o quita) de los acreedores privados. El Gobierno, bajo el ojo del FMI, decidió avanzar primero su arreglo con los bonistas (no había vencimientos importantes con el organismo este año) para luego reestructurar con el FMI.
Ahora que arregló la deuda con los privados, el Gobierno debe avanzar con la renegociación de sus obligaciones con el organismo. Se podría negociar una reprogramación del actual Stand by (que tiene plazos de devolución cortos) o acordar un nuevo programa que se llama de Facilidades Extendidas, que tiene plazos más largos (hasta 10 años). Para garantizar la devolución en ese lapso más extendido, en este tipo de préstamo, el organismo exige a los países una serie de reformas estructurales en el área de jubilaciones y pensiones, del trabajo, del mercado de capitales y de transparencia. Para obtenerlo, el Gobierno debería estar dispuesto a aceptar estas reformas profundas, señaló Clarín.