Los más de 50 mil libros que hay en la Biblioteca Municipal de Comodoro Rivadavia estuvieron guardados en sus estanterías durante los últimos meses. La pandemia que desató el coronavirus cerró las puertas del edificio que se encuentra en la costanera local y recién este miércoles volvió a abrir sus puertas.
En los tiempos que corren su reapertura conllevó una serie de modificaciones en su funcionamiento: ya no se atiende de 8:30 a 18:00 horas y tampoco se prestan libros para consultas en el recinto, y menos para llevarlos a casa. El objetivo es prevenir.
Por esa razón, en este escenario, la biblioteca se convirtió en un espacio de estudio o trabajo individual, la mejor forma de escaparle al home office; aquella modalidad de trabajo que dejó a todos mezclando tareas con familia, niños, almuerzo y horarios que nunca terminan.
Esta mañana una sola joven asistió al primer turno de la biblioteca. De 9 a 11 solo se ocupó por un rato una de las 14 mesas de estudio y luego de un receso de una hora, pautado para la desinfección del lugar, apareció el primer estudiante del turno de las 12.
El joven no quiso hablar con los medios. Sin embargo, al ser consultado por ADNSUR agradeció y aseguró que tenía mucho por estudiar.
Durante el tiempo que duró su turno se lo vio concentrado y solo se detuvo cuando Gabriela Cauvan, una de las empleadas del lugar, le dio la bienvenida y le recordó la sanitización de las manos.
UN LUGAR IDEAL PARA ESTUDIAR O TRABAJAR
Ir a la Biblioteca Municipal tiene un protocolo que cumplir, explicó David Chicauala, quien trabaja hace cinco años en el lugar. “La utilización de la sala es por turno, se debe sacar por teléfono al 4473024. Tenemos dos turnos: de 9 a 11 y de 12 a 14 horas, y en el lapso el personal de limpieza hace la sanitización de todas las mesas y sillas”, detalló.
Hace por lo menos dos semanas los empleados trabajan en la biblioteca para su apertura. David, asegura que están contentos “de volver a recibir a los estudiantes, siempre manteniendo la protección en estas situaciones”.
Cuando una persona llega primero la guardia de seguridad le toma la temperatura. El nombre queda registrado en el turno solicitado, además de otros datos que se piden de manera preventiva.
Luego se sube a la Biblioteca Municipal y se encuentra un escenario diferente: mesas separadas por un metro un medio de distancia con solo dos sillas: una en cada lado de su frente en vez de las cinco que tenían antes.
La persona que reservó el turno se debe dirigir directamente al lugar asignado, donde se encuentra con una netbook y alcohol en gel. Solo queda poner manos a la obra, ya que no hay consulta de libros ni préstamo como medida preventiva.
“Únicamente se va a prestar el espacio”, dice David. “El tema de la utilización de los libros y el préstamo no se va a realizar por el tema del covid. La sala cuenta con Wifi gratuito y las computadoras portátiles que entregó está nueva gestión. Entonces cada mesa tiene su computadora y eso es muy bueno porque hay chicos que no tienen computadora y acá cuenta con eso y la red wifi”, agregó.
Para quienes utilizan la computadora se suma otra medida de prevención, el uso de guantes de látex que luego son descartados, indicó Cristian Montes, encargado transitorio del recinto.
La buena noticia para estudiantes e investigadores es que quienes desean consultar libros también lo pueden hacer de forma virtual. Por teléfono o mediante la red social Facebook, los empleados de la entidad reciben consultas puntuales sobre materiales. Ellos lo buscan, lo fotografían o escanean y luego lo pasan por WhatsApp para que los usuarios “tengan la información”.
Por el momento solo funcionan dos turnos. Sin embargo, la secretaria de Cultura Liliana Peralta explicó que la idea “es que pueda extenderse a otro horario en base a la demanda y las necesidades que los estudiantes vayan planteando”.
Así, la Biblioteca de Comodoro también se reconvirtió durante la pandemia, en su caso en un espacio netamente de estudio en pleno centro de la ciudad. Los turnos se pueden sacar de 8:30 a 15:00 horas de lunes a viernes.