Política

Luenzo: «Hay demasiada política vieja en Chubut; no estoy de acuerdo con la megaminería»

Entrevista de Lola Sánchez.

«La oposición no está a la altura de las circunstancias de lo que demanda la sociedad argentina», enfatizó Alfredo Luenzo. El senador nacional que buscará la reelección en 2021 sostuvo que «en Chubut estamos con un déficit acumulado; nos va a demandar algunos años poder recuperarnos. La gente no puede esperar más, hay una presión social con 3 meses de atraso en los salarios. No hay una explicación clara alrededor de todo esto. Tenemos una dirigencia política atomizada, no hay un conductor claro en ninguno de los partidos de la provincia». Afirmó que «hay demasiada política vieja en Chubut. No puede ser que la conducción política se tenga que esconder de la gente para ir de un lado a otro, algo está pasando».

¿Cómo analiza el clima político y los debates actuales dentro del Senado?

Hay un clima dominado por la oposición, que tuvo una actitud mezquina para avanzar, por ejemplo, en el debate abierto en torno a la Reforma Judicial. Se escucharon opiniones y se introdujeron, pero a pesar de esto la oposición negó la posibilidad de poder avanzar en una primera etapa de la reforma. Ese es el clima. La oposición tiene un discurso mucho más parecido al que podemos esperar de la oposición en tiempos normales, pero se desentiende del contexto de crisis en el que estamos viviendo. La oposición no está a la altura de las circunstancias de lo que demanda la sociedad. Incluso se han negado a bajar al recinto a dar quórum para tratar cierto tipo de temas; deberían tener una actitud más madura en el marco de las circunstancias que estamos atravesando.

¿Cree que la pandemia corre algunos ejes y deja atrás ciertos debates?

Hay temas de fondo que la pandemia ha dejado a un costado, todo lo que venimos sancionando en materia de leyes tiene que ver con responder a estas circunstancias extraordinarias. El aula virtual, el teletrabajo, la medicina y el debate por la conectividad me parecen centrales y están vinculados a las falencias que tiene la sociedad y la política argentina. Son cosas que la pandemia ha evidenciado. Hay muchos temas que se podrían estar debatiendo, pero no encontramos el quorum necesario desde la oposición para avanzar. La pandemia nos obliga a esta agenda, que va acompañando lo que estamos haciendo. Nos gustaría también avanzar en otros temas, pero se hace difícil con una oposición que reniega del rol que tiene que asumir con la mayor madurez institucional en un momento como el actual.

¿Cuál es su posición sobre la minería? ¿De qué manera interpreta el mensaje a favor de la explotación, tanto del Presidente como del Gobernador?

Yo no estoy de acuerdo con la megaminería. Además, no sé si la ecuación financiera que están buscando con las inversiones permitirían hacer minería sin cianuro; lo dudo. En un sentido ambiental, creo que la provincia tiene otras alternativas. Desde lo económico, es una actividad en la Argentina que hoy está dejando solamente 3500 millones de dólares. Sin ir más lejos, la provincia de Santa Cruz con ocho emprendimientos mineros no produce más de 500 millones al año. Realmente no es una salida como la que muchos creen, que le va a permitir a Chubut salir de la situación en la que se encuentra.

¿Puede ser sustentable de alguna manera?

Ambientalmente no es sustentable. El mundo está demandando una matriz productiva muy diferente. Es un debate que se da en los mismos términos que en la década del 90′, pero no estamos en ese modelo y creo que eso no se termina de entender. Seguimos buscando en nuestros recursos naturales la salvación de la provincia, que debe tener la inteligencia suficiente para poder instalar y debatir una agenda más sustentable. No por casualidad el gobierno nacional dijo que una vez superada esta emergencia hay que conformar un consejo económico y social que pueda tener una tercera pata, que es la ambiental. El mundo está demandando estos tres ejes para hacer una sociedad más sustentable; y también la provincia. No estoy de acuerdo con la minería, a pesar de que forma parte de una visión que tiene el Gobierno Nacional. Son cosas que tenemos que preguntarnos de cara al futuro: qué queremos dejarle a nuestros hijos.

¿Qué desafíos presenta el teletrabajo? ¿Cree que conlleva riesgos de mayor precarización?

Sancionamos días atrás una ley sobre teletrabajo. No es la ley perfecta, pero habilita y pone límites al teletrabajo. Uno de los grandes problemas con el teletrabajo, y nosotros lo hemos dejado en claro, es el hecho de la desconexión. En la emergencia el teletrabajo está bien, es una herramienta posible para determinado tipo de actividades; pero yo tengo mis reparos. Se termina de fusionar el mundo laboral, el mundo familiar y el tiempo libre en una sola dimensión. El teletrabajo es una herramienta básica, pero no tenemos que tomarlo como una norma porque va en detrimento de la salud de las personas y corremos también el riesgo de la precarización. Si bien en la Ley de teletrabajo hemos tomado algunos cuidados, no puede ser que un empleador pretenda tener a un empleado disponible las 24 horas del día. El costo del servicio de internet debe ser asumido por la empresa.

¿Qué opina sobre la educación virtual?

El aula virtual fue uno de los primeros temas que analizamos, porque el aprendizaje es con el otro, no es a través de una pantalla. Lo presencial es irremplazable. La situación nos obligó a sancionar la educación vía remota, pero no es lo mejor. En una emergencia está bien y es una salida laboral, pero tiene sus riesgos.

¿Qué relación tiene con el gobernador de Chubut? ¿Qué opinión tiene de su gestión?

No comparto el perfil del Gobernador en la manera en que lleva adelante su gestión, porque no abre el juego para que todos los actores de la política provincial -y esto influye sobre los legisladores nacionales- participen. En los dos encuentros a los que fuimos convocados no hubo diálogo realmente. No solo se trata de administrar la crisis de una manera distinta, también hay que pensar a futuro. No alcanza con renegociar la deuda para salir de la crisis en la que estamos. Estamos con un déficit acumulado; nos va a demandar algunos años poder recuperarnos. La gente no puede esperar más, hay una presión social con 3 meses de atraso en los salarios. No hay una explicación clara alrededor de todo esto. Tenemos una dirigencia política atomizada, no hay un conductor claro en ninguno de los partidos de la provincia. Es un gobierno sin rumbo, no tiene una salida clara. Apela a solucionar el tema de la deuda externa, pero creo no alcanza para equilibrar las cuentas. El déficit es grave, y uno se siente impotente porque realmente no hay una mesa de diálogo. Yo no pretendo cogobernar, pero sí planificar un modelo de provincia distinto.

¿Cuáles son los principales límites del modelo actual?

Seguimos pensando que el petróleo es la única herramienta de salida que tenemos, cosa que tendríamos que discutir. Hay empresas que explotan nuestros recursos, que son de todos los ciudadanos de la provincia de Chubut, que exhiben ganancias en el último balance de más de 8 mil millones de pesos, y quienes son los dueños de los recursos hace tres meses que no cobran sus salarios. Hay algo que no está bien. Hay una ecuación que está mal hecha, y creo que nos tenemos que animar a rediscutirla.

¿Cómo analiza el proceso de acumulación de deuda que tuvo la provincia en distintas gestiones?

La mayor deuda es la que toma en su momento el ex gobernador Mario Das Neves, en el marco de una ecuación económica muy diferente a la actual. Los factores centrales en Chubut fueron la renegociación de contratos petroleros y el endeudamiento, pero no encuentro que le hayan dado a la provincia una herramienta alternativa. Esto lo apoyó toda la dirigencia política, tanto radicales como peronistas.

¿Se han desoído otras alternativas o no existen proyectos sustentables?

Nunca vi plantear una alternativa distinta que no sea el Estado como empleador -hoy tenemos 60 mil empleados públicos- o el petróleo. Las cosas se han hecho muy mal desde hace muchos años, entonces en cada punto nos vemos como en una foto de hace 40 años y seguimos discutiendo exactamente lo mismo. La responsabilidad está en todos, cada uno tendrá su cuota de responsabilidad. La dirigencia política tiene la suya y es la más importante, pero la sociedad en su conjunto debe dialogar para generar una provincia distinta. Si no, no habrá futuro. Los números no cierran bajo ningún punto de vista.

¿Cómo avanzará el proyecto del Aporte Solidario Extraordinario?

Todavía no comenzó el debate parlamentario. Me hubiese gustado que no fuera un impuesto por única vez, pero sé que es muy difícil en este país porque estaríamos en problemas con las inversiones. El mundo tiene que tener una agenda especial con las grandes fortunas. No puede ser que hoy 26 personas en el mundo tengan el mismo capital que 4600 millones de personas. Ese desequilibrio lo vemos también en nuestra provincia. Vemos empresas extraordinariamente ricas invirtiendo en otras partes del mundo con nuestros recursos. La pandemia nos puede permitir rediscutir esa agenda y regenerar el mundo con una redistribución de la renta. La concentración de riqueza en muy pocas manos es un problema mundial, los Estados en general lo tienen que discutir.

¿Qué respuesta mayoritaria cree que va a surgir desde los sectores más enriquecidos?

Vamos a tener mucho ruido alrededor de esto, y muchas complicaciones. Los poderosos van a plantear que no están de acuerdo. Darán una discusión a través de los poderes hegemónicos; ya sabemos cómo lo hacen y cómo actúan. Va a ser difícil, pero es una discusión que tiene que darse y tiene que dar la política a nivel global.

Hablando de poderes hegemónicos, ¿qué rol considera que tiene el periodismo en la agenda política?

Hay que separar el periodismo de las empresas periodísticas. Estas últimas son ese poder hegemónico que le escriben el libreto a una dirigencia política que hace de oposición en la Argentina. La agenda es del poder hegemónico que está concentrado en dos o tres capitales muy fuertes. Hay una galería de personajes que van rotando entre los canales y generan la agenda que después toma la política. Instalan un discurso y hay un sector de la política que se apropia de ese discurso para dar luego la discusión. Pero esto no es el periodismo. Los medios hegemónicos se apropian de cualquier cosa con tal de generar una oposición y generar un clima de desestabilización social. La oposición está metida en todo esto, en ese discurso que es un culto al odio todos los días, son odiadores seriales.

¿Qué opinión tiene sobre las denuncias contra la Policía de Chubut por detenciones arbitrarias?

Yo acompañé la denuncia que han hecho los organismos de Derechos Humanos, no podemos permitir ciudadanos esposados en un gimnasio. Nos remonta a otras épocas, no se puede permitir esto. El ministro Massoni tiene un perfil de política de seguridad mucho más parecido al que manejaba Bullrich que al que maneja la actual ministra Frederic. Un perfil político que marca también la impronta del Gobernador.

¿Cómo analiza esa impronta ideológica?

El Gobernador ha manifestado -y ahí es donde comienzo a marcar mi diferencia con él-, que le daba lo mismo Fernández que Macri. No se puede tener ese vacío ideológico para gobernar ni para administrar un Estado. Tampoco se puede jerarquizar la seguridad por encima de las políticas sanitarias. Están pagando un costo altísimo por esto. No podemos permitirlo. Hay que ser firmes con las políticas sanitarias, con el aislamiento, pero hay un límite. Una cosa son las políticas sanitarias y otra es ser muy rígido para aplicarlas y tener una política de seguridad como la que lleva el ministro Massoni. No comparto ese criterio. A mí no me da lo mismo Macri que Fernández, porque son políticas totalmente distintas.

Respecto a los reclamos por el Aborto Legal, ¿cree que este año podrá darse el debate y avanzar en la legalización?

No sé si este año será posible, depende cómo evolucione la pandemia. Aspiro a que este año saquemos al aborto del Código Penal. Porque no es un tema del Código Penal, es un tema sanitario, es un problema de Derechos Humanos. Yo lo dije en el debate del Senado, si los hombres tuviésemos la posibilidad de parir seguramente el aborto sería legal hace décadas. No podemos estar amenazando con un Código Penal la libertad de conciencia de una mujer para decidir si quiere o no ser madre. Estoy a favor de las dos vidas, pero no con el Código Penal en la mano. Ni siquiera entraría en debate producto de una violación. Es aberrante obligar a una mujer a tener un hijo que es producto de una violación, o -como algunos pretenden- que la mujer se transforme en una incubadora durante 9 meses para luego entregarlo a una familia adoptiva. Son concepciones del siglo XVIII. Mientras tanto siguen muriendo miles de mujeres en la clandestinidad. Se mueren mujeres pobres, que no pueden pagar una clínica privada. Sin embargo, muchos con su hipocresía salen embanderados detrás de la Virgen o la bandera argentina por las dos vidas. Es por la vida de todos que hay que sacar el Aborto del Código Penal.

¿Qué se debate en torno al cannabis medicinal y qué desafíos enfrenta su posible legalización?

Es otro de los temas que se siguen discutiendo en el marco de las políticas criminales. Hace poco vi algo muy simbólico al respecto. Por un lado la provincia alentaba la producción de cannabis medicinal y en la misma tapa del diario Crónica se daba cuenta de la detención de una familia con cuatro plantas de cannabis. Esto es psicótico. Ahora se está reglamentando una Ley que sancionamos con mucho esfuerzo, pero solamente para tratar epilepsia refractaria. Israel tiene más de 20 patologías que tratan con aceite de cannabis. En este discurso psicótico no solamente estamos poniendo en riesgo a quienes hoy están produciendo aceite de cannabis desde lo que implica para el Código Penal, sino también lo que implica desde el punto de vista sanitario. En Mercado Libre se encuentra cualquier basura. Estamos poniendo en riesgo a miles y miles de pacientes que buscan ese aceite, porque cuando es de buena calidad y tiene control sanitario es una salvación para muchas personas. Como en el tema del aborto, el Estado siempre llega tarde.

¿Cuál cree que es hoy en Chubut el mayor desafío para la clase política?

El mayor desafío para la clase política es hacer a un lado las mezquindades, y avanzar con una mesa de concertación para pensar qué provincia queremos. Si hay algo que está faltando es la política con la perspectiva de género. No podemos tener diez Ministerios y una sola mujer, no podemos tener un Superior Tribunal de Justicia que hace 62 años no tuvo jamás una mujer en la conducción. Son muy malas señales, pero creo que hay una generación de jóvenes que instala una agenda muy distinta. Si no le damos lugar a las mujeres y a los jóvenes con una agenda distinta a la de la política de hace 40 años atrás no vamos a salir de la situación en la que estamos.

¿Cuáles son los factores más perjudiciales para la democracia y la reconstrucción en Chubut?

Hay demasiada política vieja, y esto no tiene que ver con la edad de los dirigentes sino con la visión que uno tiene del mundo. La clave está en los movimientos sociales de base, en los grandes movimientos sociales que son transversales. Los grandes temas van a venir de abajo hacia arriba. O la política toma la agenda o los movimientos sociales van a instalar una agenda que necesariamente la política tendrá que tomar en algún momento. Hay demasiada política vieja en Chubut. No puede ser que la conducción política se tenga que esconder de la gente para ir de un lado a otro, algo está pasando. Hay algo que está mal hecho. Si no podemos estar de cara a la sociedad gobernando, algo está mal. Se vienen nuevos tiempos, y van a venir tanto si la dirigencia política se da cuenta o no, señaló El Extremo Sur De La Patagonia.

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