La carrera por producir una vacuna contra la COVID-19 abrió la puerta para que países como México y Argentina, que figuran entre las naciones a nivel mundial con mayor número de contagios junto con Brasil, desarrollen el antídoto contra un virus que en América Latina se aproxima, a grandes velocidades, a 6 millones de infectados.
La noticia sobre la elaboración de la vacuna en la región ha generado expectativas ante el más reciente anuncio del presidente argentino, Alberto Fernández, de que su país, junto con México, producirá entre 150 y 250 millones de dosis del fármaco desarrollado por AstraZeneca en colaboración con la universidad británica de Oxford para Latinoamérica.