El ministro de Economía, Martín Guzmán, aseguró hoy que el objetivo del Gobierno nacional es «no enfrentar pagos con el Fondo Monetario Internacional en el período de 2021 a 2024», y sostuvo que “no hay estabilización posible sin recuperación económica”, como parte del diálogo iniciado con el organismo.
En una entrevista con el diario La Nación, el ministro explicitó que el objetivo de esta negociación con el FMI desde la perspectiva argentina «es no enfrentar pagos con el Fondo en el período de 2021 a 2024» para lograr un alivio a las cuentas públicas que complemente lo alcanzado con los acreedores privados, tanto bajo ley nacional como extranjera.
En ese sentido, planteó la necesidad de tener «despejado el horizonte de la carga financiera en los próximos años» lo que entendió «va a requerir de negociaciones que van a llevar a un tiempo».
«Tenemos un objetivo central que es tranquilizar la economía, y se va a dar sin planes ni promesas rimbombantes, porque eso no ha dado resultado positivo para la Argentina, esto es un plan para la recuperación económica dentro de un marco de consistencia macroeconómica”, afirmó Guzmán.
El jueves, el vocero del FMI Gerry Rice, confirmó que la Argentina y el FMI se encuentran «en las etapas iniciales del proceso» de negociaciones, luego de la solicitud formal presentada por el país para avanzar en un nuevo programa con el organismo.
«Tenemos un objetivo central que es tranquilizar la economía, y se va a dar sin planes ni promesas rimbombantes, porque eso no ha dado resultado positivo para la Argentina, esto es un plan para la recuperación económica dentro de un marco de consistencia macroeconómica»
Al respecto, Guzmán aseguró que ya existió una charla telefónica entre el Presidente y la directora gerenta del FMI, y dijo: “Esa misma tarde se envió la carta formal que firmé yo como ministro de Economía y que también firmó el presidente del Banco Central, para que las negociaciones se inicien.”
Asimismo, sostuvo que siempre hubo diálogo fluido con el staff del Fondo que «ha sido muy valioso en el proceso de reestructuración de deuda y que continúa en un buen carril, dentro de un proceso que es muy complejo porque el país tomó, entre 2018 y 2019, un préstamo de una cuantía altísima».
«Cuando la Argentina se endeuda con el FMI en 2018, la premisa «era que esto iba a restaurar la confianza en los mercados financieros internacionales, lo que iba a reducir el costo del crédito, con menores tasas para acceder a un fondeo, repagar ese crédito y seguir con el programa económico que estaba implementado», recordó el ministro..
Por el contrario, el ministro entendió que la política económica de la gestión Cambiemos presuponía un resultado que «claramente no sucedió» y por el contrario «profundizó sus problemas y la recesión se acentuó».
“Cuando uno ve el balance fiscal detecta que veníamos con una carga de deuda insostenible, y deuda insostenible significa que se violentaron las finanzas públicas, quedaron en una situación de muy fuerte deterioro y por eso no podía ser pagada”, aseguró Guzmán.
Al respecto, agregó que “de hecho, subió mucho la carga de intereses; el déficit primario fue bajando de una manera que no estaba alineada con el crecimiento de la actividad y, por el contrario, el proceso de endeudamiento llevó a un aumento muy importante de los intereses y a un costo del crédito que terminó siendo prohibitivo”.
Según Guzmán con la reestructuración de la deuda «se dio un paso absolutamente fundamental en el proceso de estabilizar la economía, de darle condiciones de poder despegar, lo que es un punto de partida, no de llegada».
El éxito de ese proceso se ve reflejado en que «la Argentina tenía un riesgo país de más de 2.000 puntos básicos cuando asumimos, mientras que hoy está en 1.108 y eso es un efecto inmediato de este proceso, un indicador que esperamos siga bajando en la medida que la Argentina vaya normalizando su situación macroeconómica».