Hubo un tiempo en que fue al revés. Hubo un tiempo en que la sonrisa de Lionel Messi se desdibujó cuando las cosas en la Selección no salían y las críticas descarnadas se posaban sobre él. Hubo un tiempo en que toda esa energía positiva que se generaba alrededor suyo en Barcelona, por alguna razón no tenía continuidad cuando le tocaba ponerse la ropa de su país. Y hasta hubo un tiempo en el que optó por decir basta. Pero la historia en el último año se dio vuelta y ahora el 10 volvió a pisar suelo argentino con una idea bien distinta: tratar de recuperar la alegría perdida después del desgaste producido por la relación rota con la dirigencia del club catalán.
En un momento muy particular de su carrera, Messi se arropa en la Selección de Lionel Scaloni, que supo reacomodar las piezas tras el descalabro del último Mundial. La profunda renovación le dio al plantel nuevos aires, al mismo tiempo que lo ubicó al crack rosarino como el máximo referente del vestuario, sin asfixiarlo con la presión de que en el campo todo pase por él.
Después del 2-8. Después del burofax. Después de haberse querido ir. Después de recalcular ante las barreras legales, no sin antes contarle al mundo la diferencia entre su deseo y la realidad. Después del terremoto y del inicio de la era Koeman que lo tuvo como centrodelantero, Messi aterrizó en la noche de este lunes en Ezeiza en su charter privado para cambiar el chip, el aire y la vibra con el objetivo de empezar las Eliminatorias rumbo al Mundial de Qatar 2022 con pasos firmes ante Ecuador (este jueves a las 21.10 en la Bombonera) y Bolivia (el martes 13 a las 17 en La Paz).
No llegó solo. El capitán puso sus alas a disposición de la AFA y se trajo consigo a varios compañeros de la lista de 28 jugadores convocados: Marcos Acuña, Lucas Ocampos, Nicolás Otamendi y Paulo Dybala. También Luis Suárez viajó con ellos, ya que su amigo Leo le dio un aventón para que el uruguayo pueda sumarse luego a su seleccionado.
A las 21.15, el avión de Messi aterrizó en el aeropuerto para que el mejor jugador del mundo se reencuentre con la Selección después de casi un año. El 18 de noviembre de 2019 fue la última presentación de la Argentina: fue 2-2 con Uruguay en un amistoso en Tel Aviv, cuando Leo consiguió el empate de penal ya en tiempo de descuento. Luego, la nada. Ahora La Pulga podrá estar, ya que caducó la suspensión de una fecha por la tarjeta roja que vio ante Chile en San Pablo, al haber pasado más de 12 meses de su comunicación oficial.
Los primeros en entrar a la burbuja albiceleste habían sido los cinco del fútbol local: Franco Armani, Esteban Andrada, Gonzalo Montiel, Lucas Martínez Quarta y Eduardo Salvio. En la noche del domingo ingresaron y se hicieron los testeos. Pasado el mediodía de este lunes, llegó la comitiva de 18 futbolistas que integraron el chárter que contrató la AFA y que partió desde Madrid en la madrugada europea.
Emiliano Martínez, Juan Musso, Nehuén Pérez, Facundo Medina, Juan Foyth, Nicolás Tagliafico, Leandro Paredes, Rodrigo De Paul, Guido Rodríguez, Exequiel Palacios, Nicolás Domínguez, Giovani Lo Celso, Alejandro Gómez, Alexis Mac Allister, Lautaro Martínez, Joaquín Correa, Giovanni Simeone y Lucas Alario integraron ese vuelo que tocó Ezeiza alrededor de las 13.
Dos micros los trasladaron al predio en donde se sumaron al resto y, mientras esperaban a Messi y los demás, se hicieron los testeos correspondientes y realizaron algunos movimientos de gimnasio y regenerativos distribuidos en diferentes sectores.
El protocolo sanitario en la casa del Conjunto Nacional es muy estricto. La delegación se distribuye en 40 habitaciones individuales entre los complejos de Juveniles y de la Mayor. El resto del staff, por su parte, se ubica en el sector de Futsal.
El uso de barbijo es obligatorio, no hay reuniones grupales ni acceso a los vestuarios. Nadie sale ni entra del predio hasta el jueves, día en que se trasladarán a La Boca para jugar el primer encuentro.
Recién este martes, tras los resultados de los estudios, Scaloni podrá realizar el primer entrenamiento. Será a las 17. El miércoles será el segundo y último ensayo. Y a jugar. Por la falta de tiempo de preparación y ante las bajas y la inactividad de algunos, el DT no se aventurará a realizar ninguna maniobra brusca. Tratará de ir a lo seguro y de poner sobre el césped la base de lo que le viene dando resultado desde la Copa América de Brasil.
Messi se ubicará en el centro o recostado más hacia la derecha, dependiendo del esquema (4-2-3-1 o 4-3-3), pero no jugará de nueve como lo viene utilizando el nuevo entrenador de Barcelona. Ese puesto será de Lautaro Martínez. Otamendi, Paredes y De Paul tienen su lugar asegurado. También irían Montiel, Martínez Quarta, Tagliafico y Ocampos. Resta definir un lugar en el medio y los candidatos abundan según el dibujo elegido: Lo Celso, Palacios, Acuña y hasta Salvio.