En grupo de trabajadores médicos de primera línea, probablemente agotados, aparecen acurrucados juntos en una videoconferencia mientras el hombre más poderoso de China levanta la mano a modo de saludo. Es el 10 de febrero en Beijing y el presidente Xi Jinping, quien durante semanas ha estado ausente de la vista del público, se pronuncia ante el personal del hospital en la ciudad de Wuhan mientras luchan por contener la propagación de un nuevo coronavirus aún sin nombre oficial.
Desde una habitación segura a unos 1.200 kilómetros del e
picentro, Xi expresó sus condolencias a quienes murieron en el brote. Instó a una mayor comunicación pública, pues en todo el mundo aumentaban las preocupaciones sobre la posible amenaza que representaba la nueva enfermedad.
Ese mismo día, las autoridades chinas reportaron 2.478 nuevos casos confirmados, lo que elevaba el número total mundial a más de 40.000, y menos de 400 casos había fuera de China continental. Sin embargo, CNN ahora puede revelar cómo los documentos oficiales que circularon internamente muestran que esto era solo una parte de la imagen.
En un informe marcado como «documento interno, mantener la confidencialidad», las autoridades sanitarias locales de la provincia de Hubei, donde se detectó el virus por primera vez, enumeran un total de 5.918 casos nuevos detectados el 10 de febrero, más del doble de la cantidad pública oficial de casos confirmados, desglosando el total en una variedad de subcategorías. Esta cifra mayor nunca se reveló por completo en ese momento, ya que el sistema de conteo de China pareció, en el tumulto de las primeras semanas de la pandemia, restar importancia a la gravedad del brote.
La cifra no revelada anteriormente se encuentra en una serie de revelaciones contenidas en 117 páginas de documentos filtrados del Centro Provincial de Control y Prevención de Enfermedades de Hubei, compartidos y verificados por CNN.
En conjunto, los documentos constituyen la filtración más significativa proveniente del interior de China desde el comienzo de la pandemia y brindan la primera ventana clara a lo que las autoridades locales sabían internamente y cuándo lo supieron.
El gobierno chino ha rechazado rotundamente las acusaciones hechas por Estados Unidos y otros gobiernos occidentales de que ocultó deliberadamente información relacionada con el virus, sosteniendo que ha sido franco desde el comienzo del brote. Sin embargo, aunque los documentos no proporcionan pruebas de un intento deliberado de empañar los hallazgos, revelan numerosas inconsistencias entre lo que las autoridades creían que estaba sucediendo y lo que se reveló al público.
FUENTE: CNN