Irán empezó a enriquecer uranio al 20% en una central subterránea y capturó un petrolero de bandera surcoreana en la entrada del golfo Pérsico, agravando tensiones con las potencias occidentales que no han cesado de crecer desde que Estados Unidos se retiró de un pacto internacional para limitar su programa atómico.
La decisión vulnera el punto central del acuerdo nuclear de 2015 con las principales potencias y busca presionar a los firmantes europeos a restablecer el acuerdo luego de que Estados Unidos se retirara de él y volviera a imponer sanciones contra Irán.
La TV estatal iraní dijo que el vocero del Gobierno, Ali Rabiei, había anunciado que el presidente Hasan Rohani dio la orden para enriquecer uranio al 20% en la central nuclear de Fordo, informó la agencia de noticias AFP.
Hace una década, la decisión iraní de comenzar a enriquecer uranio al 20% casi había provocado un ataque israelí contra sus instalaciones nucleares y una escalada de tensiones que solo disminuyó con el acuerdo de 2015 con Estados Unidos, China, Rusia, Alemania, Francia y el Reino Unido.
El tratado de 2015 limita las actividades nucleares iraníes para evitar que la nación islámica construya armas atómicas, a cambio de la suspensión de las sanciones que asfixiaban a la economía persa. Con la salida de Estados Unidos, ese beneficio se vio afectado por las nuevas sanciones norteamericanas, sobre todo contra el sector petrolero iraní.
La medida anunciada hoy se suma a la serie de roces bilaterales desatados con la salida unilateral del presidente de Estados Unidos, Donald Trump del acuerdo en 2018.
Solo este año, la tensión escaló al punto de amenazar con un conflicto armado con dos asesinatos.
Primero, a principio de año, el de Qassem Soleimani, el general más respetado y poderoso de Irán, en un ataque reivindicado por Estados Unidos en el aeropuerto de Bagdad, la capital de Irak.
El segundo, a fines de año, con la muerte del padre del programa nuclear iraní, el fisico Mohsen Fakhrizadeh, asesinado cerca de Teherán en un ataque contra el convoy en el que viajaba.
Nadie reivindicó el ataque, pero Irán acusó a Israel y el Parlamento iraní aprobó una ley para almacenar «al menos 120 kilogramos por año de uranio enriquecido a 20%» y «poner fin» a las inspecciones del OIEA, lo que fue rechazado por el Gobierno de Rohani pero luego ratificado por un organismo de control constitucional.
La decisión iraní de hoy parece buscar presionar tanto a Europa, para que proporcione alivio de las sanciones de las que Irán es objeto, como al presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, quien asumirá el próximo 20 de enero y ya adelantó que está interesado en volver a sentarse a negociar con la República Islámica.
En ese contexto de creciente tensión y expectativa, Irán también capturó hoy un buque cisterna con bandera de Corea del Sur en el estrecho de Ormuz, en la entrada del golfo Pérsico, según informaron la TV estatal y la agencia de noticias local IRNA.
El petrolero MT Hankuk Chemi fue detenido por «contaminación con combustible» en el golfo y el estrecho, según la versión periodística y la agencia de noticias semioficial Fars agregó que el buque fue capturado por fuerzas navales de la Guardia Revolucionaria de Irán.
El petrolero había estado navegando de Arabia Saudita a los Emiratos Árabes Unidos.
El Estrecho de Ormuz es un lugar estratégico, ya que por el se comunican el golfo de Omán y el golfo Pérsico, territorio compartido por Irán, Arabia Saudita y otros estados árabes, y es una de las rutas comerciales marítimas por las que pasa el petróleo más importantes del mundo.
A mediados de 2019, varios ataques a buques petroleros -detrás de los cuales Estados Unidos presume que estuvo Irán- tuvieron lugar en esa zona, lo que desencadenó una serie de capturas de naves internacionales por parte de Teherán y hasta el derribamiento de un dron iraní por parte de Washington.
La captura de un nuevo buque hoy, justo el mismo día que Irán confirma al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) su decisión de elevar sus niveles de enriquecimiento de uranio, sin dudas elevará la tensión tanto con Estados Unidos como con Europa en un momento en que se define si las negociaciones nucleares multilaterales se relanzan o no.
En el acuerdo de 2015, Irán acordó limitar su enriquecimiento a cambio de un alivio de las sanciones y convertir a su famosa planta de Fordo, escondida en las montañas, en una instalación de investigación y desarrollo.
Bajo el expresidente Mahmud Ahmadinejad, el antecesor de Rohani que prefería una posición más dura frente a las potencias occidentales, Teherán comenzó el enriquecimiento al 20%.
Israel, que tiene su propio programa de armas nucleares no declarado, decía temer que Teherán estuviera construyendo una bomba atómica.
Después del descubrimiento de Fordo, Estados Unidos trabajó en las llamadas bombas «destructoras de búnkeres» diseñadas para atacar tales instalaciones.
Hasta ahora, Irán había enriquecido uranio hasta un 4,5%, en violación del límite del acuerdo del 3,67%. Para fabricar armas nucleares, se necesita enriquecer uranio al 90%, pero desde un 20% es apenas un paso técnico.
Los expertos dicen que el país ahora tiene suficiente uranio de bajo enriquecimiento almacenado para al menos dos armas nucleares, si decide utilizarlas.
Irán sostiene hace años que su programa nuclear es pacífico.
Los incumplimientos de Irán, especialmente este avance en la pureza del uranio, pueden dificultar los esfuerzos de Biden para que Washington regrese al acuerdo.
Fuente: Diario Jornada