En el máximo hermetismo el Gobierno define cómo continuarán operando las fronteras terrestres y los aeropuertos en el medio del alza de contagios de covid-19. El viernes vence la resolución de jefatura de Gabinete publicada el 23 de diciembre que suspendió hasta este 8 de enero los vuelos desde y hacia Italia, Países Bajos, Dinamarca y Australia -considerados zona de riesgo- y cerró las fronteras y el ingreso de turistas desde los países limítrofes. El Ejecutivo prorrogaría por otras dos semanas o hasta el 31 de enero las medidas, mientras estudia las restricciones que propondrán la Ciudad y la Provincia. En el medio de rumores de más prohibiciones, el ministerio de Salud y jefatura de Gabinete tendrán la última palabra.
Por la mañana, en la dirección de Migraciones, se realizó una reunión que contó con la presencia de la directora nacional de sanidad de Fronteras, Claudia Maies; la directora de Migraciones Florencia Carignano; el ministro de Transporte, Claudio Meoni, y los jefes de Gabinete de Santiago Cafiero; Cancillería y el ministerio de Seguridad. Paralelamente en Salud se llevó a cabo otra extensa reunión para evaluar riesgos.
El escenario es dinámico. “La administración de fronteras está sujeta a la autoridad sanitaria -el ministerio de Salud- mientras dure la pandemia. Lo que hay que entender es que el análisis es semana a semana y en pandemia no hay previsibilidad”, señalaron fuentes gubernamentales que participaron de la reunión.
Los representantes del Ministerio de Salud plantearon su preocupación por el escaso control en el seguimiento del aislamiento de los argentinos que ingresaron al país durante el último mes. Quienes regresan a la Argentina deben permanecer 10 días aislados desde la realización del examen PCR obligatorio. Durante el encuentro se analizó la posibilidad de intensificar el control a través de una aplicación para teléfonos.
Durante diciembre llegaron al país 96 mil argentinos y residentes; 3 mil personas por día en 15 vuelos diarios. Se detectaron entre 2 y 3 casos de pasajeros contagiados cada 24 horas en Ezeiza. «El tema con las fronteras es retardar la llegada y circulación nueva cepa de coronavirus», explicó uno de los participantes de la reunión. En términos generales preocupa más la circulación del virus dentro del territorio nacional.
Meoni pidió extender las medidas vigentes hasta el 31 de enero para dar mayor previsibilidad al sector. La Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) por ahora no analiza la posibilidad de suspender las operaciones aerocomerciales internacionales. Fuentes oficiales afirmaron que desde Salud fueron los únicos que insistieron sobre la posibilidad de suspender la operación del aeropuerto de Ezeiza.
En la Cartera que conduce Ginés González García relativizaron esas versiones y sostuvieron que la determinación será conjunta y que el jefe de Gabinete Santiago Cafiero y el presidente Alberto Fernández serán los encargados de tomar nuevas medidas o prorrogar las vigentes. “Ninguno se puede cortar solo. Salud se limita a hacer sugerencias”, explicaron.
Fuentes oficiales también rechazaron la posibilidad de que el cierre de los aeropuertos sea completo, ya que siempre seguirán operando los vuelos de carga y los sanitarios.
Con la resolución vigente del 23 de diciembre, solamente pueden ingresar al país argentinos y residentes, con la presentación de un test de PCR negativo en coronavirus y la realización de una cuarentena obligatoria de 10 días (a partir de la realización del examen), según la decisión administrativa de Jefatura de Gabinete.
Los argentinos podrán ingresar por esas tres vías (Ezeiza, San Fernando o Buquebus) y por los pasos terrestres que se encontraban habilitados por la Dirección Nacional de Migraciones (DNM). La norma permitió que los pasos fronterizos de San Sebastián e Integración Austral, situados en Tierra del Fuego, queden exceptuados de la restricción de egresos e ingresos, para garantizar el tránsito con Chile y la conexión con el resto del territorio argentino.
El Gobierno había autorizado el 1 de noviembre una prueba piloto para que turistas de los países limítrofes pudieran visitar el país. La detección de una nueva cepa de coronavirus y la segunda ola en Europa obligaron al Ejecutivo a dar marcha atrás con esa medida.
El Gobierno, la Provincia y la Ciudad esperan los datos de los últimos días para determinar si el alza de contagios se debe a una segunda onda, producto de la relajación social y de la proliferación de manifestaciones en los últimos 40 días, o si la tendencia llegó para quedarse y constituye el principio de la segunda ola, que ya azota al hemisferio norte.
La mayoría de los pasos fronterizos y los vuelos desde el exterior permanecieron cerrados desde el 16 de marzo, cuando el Presidente firmó un decreto en ese sentido. Hasta fines de octubre, se realizaron 700 vuelos “especiales” por el que pasaron apenas 100 mil pasajeros.