En poco más de dos semanas Israel ha suministrado la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus a casi un 15% de su población, una cifra sin paralelos en el resto del mundo. Y este martes, dio un paso más en ese proceso, al aprobar el uso de la vacuna de Moderna. ¿La receta del éxito? Un sistema de salud obligatorio, planificación eficiente y mucha, mucha voluntad política, con unas elecciones a la vista.
La autorización de Moderna y la campaña de vacunación se da en un drástico repunte de los casos ante una tercera ola de contagios.
«Esta es la tercera autorización regulatoria para la vacuna de Moderna contra la COVID-19 y es la primera fuera de América del Norte. Quiero dar las gracias al Ministerio de Sanidad de Israel por sus esfuerzos, ya que su equipo ha trabajado incansablemente junto a los nuestros para garantizar una autorización adecuada de esta vacuna», dijo el director ejecutivo del laboratorio, Stéphane Bancel.
El Ministerio de Sanidad ha confirmado este mismo martes que durante las últimas 24 horas se han detectado 8.308 casos de coronavirus, la cifra más alta desde el 30 de septiembre, para un total de 450.116 desde el inicio de la pandemia.
Y resaltó que durante los últimos cuatro días han muerto 98 personas a causa de la COVID-19, lo que sitúa el total en 3.445, mientras que en estos momentos hay 1.361 personas hospitalizadas, 764 de las cuales se encuentran en estado grave, según el diario israelí ‘Yedioth Ahronoth’.
Los medios israelíes han recogido durante las últimas horas que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, y el líder opositor y ministro de Defensa, Benjamin Gantz, han logrado un acuerdo para endurecer las restricciones durante un periodo de diez días.
Un «sprint» de vacunación
Superado únicamente en cantidad de vacunados por China y Estados Unidos, y con el promedio de inoculados por habitante más alto del mundo, Israel se encuentra en un sprint de inmunización que tiene como meta ser el primer país en vacunar a toda su población, unos 9 millones de habitantes.
Más de 1.300.000 personas en 16 días, a un promedio de más de 80.000 personas cada venticuatro horas que no hace más que incrementarse desde hace casi una semana, con cifras superiores a las 150.000 inoculaciones por jornada.
El interrogante entonces es cómo y por qué Israel logró sacar tanta diferencia, considerando que ni siquiera está aplicando una vacuna de fabricación local sino la producida por Pfizer.
La respuesta, dicen algunos de los protagonistas de esta feroz campaña de vacunación, es multidimensional.