Sin dudarlo, el brigadista Fabián Gallardo se sentó y pidió los borceguíes a su compañero, destruidos por el fuego y las piedras. Improvisó una lezna y comenzó a coserlos con un hilo que encontró en su mochila. La cuestión era superar la contingencia y volver rápido a la línea cortafuego, ya que un foco había tomado altura y amenazaba un bosque de lengas de 300 años.
En ese momento, “ni siquiera nos acordamos que nos deben dos meses de sueldo y que tenemos los mismos botines desde hace años. Nuestra mayor satisfacción es poder volver a casa cada noche todos tiznados, mirar a los ojos a nuestros hijos y que se sientan orgullosos de su papá”, reflejó el combatiente chubutense que alcanzó a sacar la foto con su celular.
Episodios y situaciones similares se repiten a diario entre los 160 hombres y mujeres que, en cada jornada, desde hace nueve días, trabajan muchas horas en el frente del fuego o en las distintas tareas de logística que implica frenar el avance de un incendio que ya consumió 7.800 hectáreas y ayer estaba virtualmente frenado en casi todos sus frentes, merced precisamente a la tarea de los brigadistas.
Esta noche, por iniciativa de un grupo de vecinos, la propuesta es esperar la llegada de las autobombas y camiones cisterna “para expresar nuestro reconocimiento a estos héroes que por suerte no son anónimos, conocemos sus nombres y apellidos, son nuestros vecinos y parientes y necesitan un mimo al alma porque desde hace una semana están sin descanso. Tenemos que hacerles saber que estamos junto a ellos hasta el final, porque están cuidando la naturaleza que es nuestro mejor patrimonio”, graficó uno de los convocantes.
En tanto, un grupo de mujeres solidarias de El Bolsón (en su mayoría vinculadas a los brigadistas que luchan contra el fuego en Cuesta del Ternero), lanzó ayer una campaña para recaudar fondos y poder financiar la asistencia médica que necesita la esposa de uno de los combatientes (un audífono con un costo de $160.000), además de un bebé que debe ser operado en Buenos Aires por un soplo al corazón.
Según explicó ayer Sol Ojea, “se conformó el grupo bautizado ‘Todos juntos podemos’, al cual se sumó muchísima gente. Para el próximo domingo organizamos una venta de empanadas, junto a una rifa solidaria prevista para el 20 de febrero con múltiples premios aportados por distintos comercios”.
De igual modo, recordó que “comenzamos juntando agua y fruta para nuestros brigadistas, porque llegaban deshidratados luego de trabajar todo el día en el bosque. También ayudamos con donaciones varias para los vecinos de El Mirador, el barrio donde comenzó el incendio, y aquellos pobladores que perdieron todo en su campo. Salió todo del corazón y estamos felices de haber podido colaborar con quienes realmente lo necesitan”, subrayó.
En respuesta a la inquietud de miles de habitantes de la ciudad para salir a aplaudir esta noche a los brigadistas que estarán volviendo del incendio, la joven lo valoró como “genial. Mi papá (José Luis Ojea) está en el Splif desde los 18 años y sería un orgullo saber que los combatientes tienen el apoyo del pueblo. En realidad, son nuestros héroes de cada verano, porque se repiten estos fuegos que lamentablemente arrasan la forestación y destruyen el paisaje tan lindo que nos identifica”.
Pilotos
En coincidencia, la gente de la región valoró “la pericia y capacidad de los pilotos de los aviones hidrantes y de los helicópteros”, contratados por el Sistema Federal de Manejo del Fuego, cuya participación en los incendios es evaluada como “fundamental” por los expertos ya que con cada disparo de agua logran enfriar los focos más activos y permiten que lleguen los brigadistas para trabajar en su control con herramientas de mano.
Un capítulo aparte para “los dos pilotos que el sábado trabajaron hasta que oscureció para ayudar a controlar el incendio forestal desatado en Cholila”.
En razón de que el aeródromo de El Bolsón (donde quedan apostados) no cuenta con la tecnología suficiente para operar de noche, hubo que señalar y alumbrar la pista con varios vehículos para que puedan aterrizar con seguridad. A las 7 del día siguiente, los mismos hombres ya estaban recargando sus tanques para volar sobre el incendio de Cuesta del Ternero.
Asistencia
Durante el fin de semana, las distintas instituciones que participan en los operativos en Cuesta del Ternero realizaron asistencia a los pobladores que fueron afectados por el incendio.
Los equipos de trabajo de la Secretaría de Desarrollo Social de El Bolsón; del Ministerio de Desarrollo Humano y Articulación Solidaria y del Ministerio de Producción y Agroindustria de Río Negro, distribuyeron módulos alimentarios y agua potable entre los pobladores, además de fardos de pasto para los animales.
Luego mantuvieron una reunión en la escuela del paraje con los vecinos que sufrieron pérdidas materiales, así como también con aquellos pobladores que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
Asimismo, los funcionarios de la comuna, provincia y nación “realizaron un relevamiento entre los pobladores de la zona, a fin de establecer y aunar criterios para canalizar la asistencia para los vecinos afectados por el incendio forestal y brindar una pronta respuesta”, se adelantó.