Trelew

Maderna en “modo 2023” y la bomba de la educación y los docentes que no se termina de desactivar

El intendente de Trelew avanza sigilosamente con un armado provincial de cara a 2023. La decisión de ir por la gobernación a falta de dos años y medio todavía no está definida, pero Maderna quiere tener toda la estructura a disposición en caso de intentar ponerse el traje para llegar a Fontana 50. La reunión entre Antonena y los gremios docentes fue un fracaso y el tiempo y la paciencia se terminan.

Cuando la pandemia aflojó entre enero y febrero de este año, la diputada Leila Lloyd Jones, viajó hasta la cordillera para entregar “oficialmente” herramientas y equipamiento para vecinos de la zona. Pero su visita estaba ligada exclusivamente para hablar con los “compañeros” y comenzar a rearmar la tropa madernista a lo largo y ancho de Chubut.

Por su parte, José Giménez y Ángel Tirso Chiquichano desembarcaron en pueblos de la Meseta. Se reunieron con vecinos, productores, empleados de los hospitales rurales con el objetivo de trazar un “sondeo” y una “radiografía” de los humores en la zona.

Más tarde, el intendente Adrián Maderna con su funcionario de Desarrollo Social, Héctor Castillo y otro grupo de dirigentes cercanos, aterrizaron en Esquel, en donde aprovecharon como excusa la entrega de indumentaria y otros elementos para un club social de la localidad cordillerana.

Allí, se reunió con militantes y blanqueó sus intenciones de armar y organizar un espacio que esté disponible para cualquier referente con aspiraciones para el 2023.

Todos estos movimientos fueron esporádicos, desarticulados y sin continuidad producto de la pandemia y sus diferentes estadios con bajas y subas de casos dependiendo el momento.

Sin embargo, desde el aparato municipal encontraron otra salida: Asistir a vecinos de otras localidades aledañas a Trelew y empezar a mostrar empatías fueras de las fronteras de la ciudad.

Una de las políticas por excelencia de los últimos meses en la gestión de Maderna fue la entrega de microcréditos a emprendedores, vecinos y organizaciones sociales.

Sin embargo, pasó inadvertido como anticipara Metadata días atrás, la entrega de microcréditos a mujeres víctimas de violencia de género no solo de Trelew, sino también de Gaiman y Puerto Madryn.

Y fue más lejos: Aseguró que en las próximas semanas extenderán la entrega de estos microcréditos a mujeres de Dolavon, la Meseta, zona sur y la Cordillera.

“Tenemos que tener una mirada integral de la Provincia. Recién recibió un microcrédito una mujer de Gaiman y otra de Puerto Madryn. Eso demuestra la apertura que tiene la ciudad de Trelew con una mirada provincial”, afirmó Maderna en una entrevista con Metadata.

La muestra más cabal sobre las intenciones del madernismo en ser protagonistas en 2023 fue la confirmación del intendente el último viernes, cuando anunció que trabajan en el armado de un proyecto de ley para girar a la Legislatura y que apunta a incentivar a emprendedores y productores de toda la Provincia a través de créditos para potenciar sus producciones y entrar en el circuito de exportaciones.

“Estamos haciendo un relevamiento de cuántos productores y pequeños productores hay en la Provincia”, deslizó Maderna, para incluirlos en el proyecto que busca acompañamiento, apoyo y asistencia para intensificar sus producciones y a partir de ahí poder exportar.

Puso como ejemplo a productores de fruta fina de la zona cordillerana y a productores de hongos y bebidas.

LAS OPCIONES QUE MANEJAN EN EL MADERNISMO
Maderna lleva su segundo mandato al frente del municipio de Trelew y los objetivos políticos se acotan a pocas variantes: En las elecciones legislativas de este año no integrará ninguna boleta por estar al frente del municipio, con lo cual le queda solo el periodo electoral de 2023, donde podrá ser gobernador, vicegobernador, diputado nacional, provincial o concejal.

Los ítems “diputado provincial y concejal” están tachados en la lista. Las opciones son tres: Ir por la diputación nacional, ser candidato a vicegobernador en la fórmula con algún o alguna comodorense, o bien la gobernación.

De estas tres, hay una que en el núcleo duro del madernismo no cierra: La vicegobernación. Los argumentos van desde el hecho de que presidir la Legislatura “come” un mandato para la gobernación, algo que lo ocurre actualmente al vicegobernador Ricardo Sastre y, a nivel municipal, al intendente Juan Pablo Luque, que entre 2015 y 2019 fue viceintendente y ahora solo puede ejercer un periodo al frente del municipio.

Además, el vicegobernador está “afuera del centro del poder” y esto lo saben todos. Estar al frente de la Legislatura es lidiar con los diputados, ser la figura que “absorbe” todas las críticas a la gestión provincial cuando los diputados utilizan la hora de preferencia para “acribillar” políticamente al gobernador.

Los antecedentes son pruebas fieles de esto: Le pasó a Mario Vargas con un Mario Das Neves que ejercía el control y el poder pleno; le ocurrió a Gustavo Mac Karthy en la fórmula con Martín Buzzi en la que hubo fuertes peleas y un periodo largo en la que ni siquiera hablaban; le sucedió a Mariano Arcioni con Das Neves que ganaba su tercer mandato como gobernador; y le ocurre a Ricardo Sastre con Arcioni, en la que también hubo fuertes diferencias, discusiones y hasta rompimiento del bloque a los pocos meses de asumir al frente del Gobierno.

En este escenario, las opciones más viables dentro del abanico que maneja el espacio que conduce Adrián Maderna son la diputación nacional en 2023 (se renuevan las bancas de Estela Hernández y Santiago Igón del Frente de Todos, y el de Ignacio Torres de Juntos por el Cambio) y la gobernación.

Esta última es por la que verdaderamente van a trabajar. Llegado el momento, trazarán una radiografía y analizarán en qué condiciones están para disputar la gobernación eventualmente contra figuras de pesos como Luque y Sastre.

CONFLICTO DOCENTE Y CRISIS EDUCATIVA: LA HISTORIA SIN FIN
Tres años. Seis ministros. La educación hipotecada. Los perjudicados, los chicos. A grandes rasgos, este es un sintético resumen de la crisis educativa sin precedentes que vive la provincia del Chubut.

Por falta de políticas, de consensos, de recursos y también por irresponsabilidad del Gobierno, los niños y niñas de Chubut llevan tres años prácticamente sin clases. Tres años que la futura generación que representará a la Provincia perdió.

En el medio pasaron infinidades de situaciones y hechos. De ambos lados, del Gobierno y los gremios.

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