Un individuo de probadas relaciones con un narcotraficante vendedor de cocaína no podría ser nunca subjefe de la policía y acá, en Chubut, lo es. Ni hablar si se le conociera un pasado oscuro en el que se lo llegó a vincular a la prostitución en los “VIPs”; a la “trata”, y se lo denunció por manejos ilícitos con la recaudación de un servicio de policía adicional que –curiosamente—nunca llegó a ser investigado por la Justicia, en donde tiene un amigo y compañero de tropelías que es fiscal.
Néstor Ángel “El Tero” Gómez Ocampo, actual subjefe de la policía del Chubut, ha vivido con una protección absoluta de cierto sector político y del Poder Judicial que lo han hecho un sujeto de temer en Puerto Madryn. Allí todos los que lo conocen aseguran saber quién es realmente “El Tero” Gómez y lo vinculan a acciones delictivas y en algunos casos “muy pesadas” sobre las que ninguno quiere hablar públicamente. La mayoría, casualmente, son expolicías.
El otro día Gómez Ocampo, el amigo del narcotraficante condenado a 9 años de prisión Omar “El Cura” Segundo, con quien fue fotografiado en varias ocasiones en Puerto Madryn, hasta comiendo asado, dio una clara demostración de su impunidad y puso en evidencia a quienes se la brindan, cuando habló de “delincuencia” en una conferencia de prensa que encabezó en Rawson con motivo de la presentación de una organización policial que dependería de él y que se dedicaría a investigar los casos de “ciberdelito” o “cibercrimen”.
En esa exposición pública “El Tero” Gómez, increíblemente, estaba al lado del procurador General, el jefe de todos los fiscales de Chubut, Jorge Miquelarena y del fiscal Fernando Rivarola; los que deberían estarlo investigado por los graves delitos que cometió el año pasado, cuando participó del “armado de una causa” y llevó adelante la detención ilegal del dueño y director de Cholila Online Darío Fernández.
Entonces, ¿cuán creíble puede ser la institución judicial de Chubut a partir de este irrefutable ejemplo de impunidad? De la policía, ni hablar.