Con pocas reacciones en sus músculos faciales, los funcionarios de la plana mayor policial de Chubut: el subjefe de Policía Néstor “el tero” Gómez Ocampo, amigo del narcotraficante Omar “el cura” Segundo y el participante de detenciones ilegales Paulino Gómez, hermano del jefe de Policía, se dieron el lujo de hablar sobre la inseguridad en una mesa con otros personajes escabrosos de la política chubutense.
El hecho tuvo lugar esta semana en Gaiman, en el marco de una reunión organizada por el intendente Darío James para hablar sobre la inseguridad provincial.
Entre otros sujetos, el intento de debate estuvo presenciado por personajes portadores de sobrados calificativos como Jorge Miquelarena, el “cadáver político” de Federico Massoni y el jefe de Policía Miguel Gómez, tristemente célebre por haber sido echado de la institución en la gestión anterior por presuntamente “liberarle la zona” a los delincuentes y puesto en la función pública nuevamente por Massoni.
Paulino Gómez pareciera que cada vez que habla se le soltara la cadena y terminara demostrando la verdadera esencia de su persona. Habría dado a entender en reiteradas ocasiones que le molesta mucho cumplir con la ley y se puso a hablar de cuestiones de las que no tiene una pálida idea.
Habló totalmente falto de conocimientos sobre la prisión domiciliaria manifestando serias falacias, seguramente todas dirigidas para convencer al público ignorante.
Dijo que “a los presos les dan prisión domiciliaria porque las familias los extrañan y los hijos lloran”. El proceso para adquirir una prisión domiciliaria es mucho más complejo, requiere de una sentencia judicial y que se cumplan una serie de condiciones taxativas, establecidas por la ley.
Las familias de los que cumplen condenas no tienen ningún poder sobre las decisiones de los jueces, de hecho, son innumerables los casos en donde los presos protestan y hasta se han amotinado en los establecimientos penitenciarios quejándose de que no les dan el privilegio de estar en sus casas, de que se encuentran en condiciones infrahumanas en sus celdas, etc. Lo que pasa es que el bajo consenso social que tienen los delincuentes impide que sus exigencias sean escuchadas.
Pero bueno, qué se puede esperar de un funcionario policial como Paulino Gómez, que el año pasado al parecer tenía pensado meter preso hasta al vecino que sacaba la basura. ¿O ya se olvidaron del audio que trascendió de Paulino pidiéndole al comisario Zabala que “trate de meter en cana gente porque el ministro (Massoni) le estaba preguntando porque las comisarias estaban vacías”?
Por su parte, el subjefe policial Néstor el “tero” Gómez Ocampo, un erudito vomitador de cultura francesa y filósofo de Massoni, no faltó a la velada para hacer su aporte que podría ser crucial para erradicar el flagelo de la delincuencia en Chubut: dijo que los presos “tapan los inodoros y rompen las cañerías” en los lugares donde se encuentran cumpliendo sus condenas…
La reunión, muy bizarra, parecía francamente un encuentro de personajes coloridos del recordado programa humorístico dominguero de “Peligro Sin Codificar”.
La fruta del postre que esperábamos, fue la reivindicación de parte de los Gómez del fiscal general Daniel Báez como funcionario ejemplar, cuando viene señalado hace años en los mismos pasillos de la fiscalía de Puerto Madryn como presunto autor de hechos de corrupción y por aparecer en una foto con un narcotraficante, de la cual no pudo salir a explicar nada todavía.