La lava del volcán de la isla de La Palma que cae al mar ya ganó terreno al agua y formó una lengua de casi 20 hectáreas de superficie, según informó hoy el Instituto Vulcanológico de Canarias (Involcan).
Desde la llegada de la lava al mar, el volcán Cumbre Vieja, en erupción desde hace 11 días, no dejó de expulsar material sin parar y la cascada de lava continúa cayendo al océano Atlántico por la costa oeste de La Palma, tras recorrer seis kilómetros de distancia que ha arrasado con todo a su paso, por lo que el delta que se está formando crece constantemente.
«Siguen los ríos de lava descendiendo por el canal de lava hacia el mar, estamos en una fase de estabilidad», expresó David Calvo, portavoz del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan).
Por su parte el Cabildo de La Palma precisó en Twitter que «la erupción ha afectado a 476 hectáreas aproximadamente».
Si bien no ha dejado víctimas, la erupción ha destruido unas 855 construcciones, según el sistema de medición geoespacial europeo Copernicus.
Además, 6.000 personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares en esta isla con una superficie de 70.000 hectáreas de 85.000 habitantes y que forma parte del archipiélago canario, de origen volcánico, informó la agencia AFP.
El contacto de la lava con el mar no produjo de momento los efectos que más se temían, como explosiones u oleaje de agua hirviendo, aunque sí desprendimiento de gases potencialmente tóxicos.
«El agua del mar está a poco más de 20 grados, y este magma está a más de 1.100 grados, con lo cual obviamente se produce un cambio repentino: el magma se solidifica y se evaporan grandes cantidades de agua de mar, que generan estas nubes que tienen cloro», explicó Arnau Folch, vulcanólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Para Fernando Tuya, investigador en biodiversidad de la Universidad de Las Palmas en Gran Canaria, la lava en el mar causará una «devastación» entre los organismos en un primer momento, pero será «una buena noticia» a largo plazo.
«La lava va a generar una plataforma rocosa que va a ser sustrato para un montón de especies marinas que podrán colonizarlo en el futuro», dijo Tuya.
Para evitar intoxicaciones con los gases que continúan manando, los barrios de Tazacorte, el municipio donde la lava llegó al mar, se mantienen confinados desde el lunes.
Asimismo, sigue vigente una zona de exclusión de 3,5 km a la redonda en tierra y de 2 millas náuticas en el mar.
En tanto el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología española, Rubén del Campo advirtió que «fuertes vientos alisios soplarán hasta el viernes en Canarias y dispersarán las emisiones del volcán hacia el océano, de manera que no habrá problemas con la calidad del aire en zonas pobladas», aseveró.