Mirta Simone
Es la actual ministra de Familia y esposa del sindicalista Guillermo Quiroga.
En los tiempos en que Mirta se encontraba fuera del estado, el secretario general de ATE Guillermo Quiroga, parecía Camilo Cienfuegos caminando por la diagonal Fontana 50, junto a los “nenes pesados” peleando por los derechos de los estatales.
Fue así hasta que su esposa fue designada como personal de gabinete en el ministerio de la infame Cecilia Torres Otarola, y ¡santo remedio! Quiroga terminó siendo más bueno que la perrita Lassie, con bozal y atada.
El sindicalista se llamó a silencio y de pronto Chubut parecía la provincia en donde la prosperidad reinaba entre los trabajadores estatales, daba la sensación de que se habían acabado los problemas.
Este hecho destruyó la imagen de Quiroga por completo, puesto a que los mismos estatales comenzaron a repudiarlo por haberse vendido y arreglado con el gobierno provincial mediante el nombramiento de su mujer. Mucho problema tampoco se hacía Quiroga, quien ya millonario a costa de la plata de los afiliados del gremio, compartía fotos en sus redes sociales disfrutando de champagne fino junto a su familia en playas caras.
El ascenso de Simone al poder fue a la velocidad de un relámpago. Comenzó como personal de gabinete en el ministerio de familia a cargo de Cecilia Torres Otarola. Se encontró con un ministerio lleno de miembros de la comunidad LGBTQ que habían llegado allí parecía más por su autopercepción de género mediante el famoso “cupo trans” que por capacidad, puesto a que según nos contaban las oficinas de ese ministerio eran un aquelarre de gritos y escándalos.
Mirta Simone en poco tiempo pasó a subsecretaria de desarrollo humano y Familia, al poco tiempo de que Otarola deje su cargo en muy malos términos, acechada por denuncias de corrupción. Y en un abrir y cerrar de ojos Simone se convirtió en la nueva ministra de Familia de la provincia.
Según nuestras fuentes, el ministerio de familia a cargo de Simone lo único que estaría haciendo es “matar el tiempo” con proyectos que no llevan a ningún lado y justificar comisiones de servicios pagas por el estado con supuestas “medidas políticas” en favor de la política de género.
Pero lo que sí es sabido, es que Arcioni se preocupa por tenerla en sus filas, puesto a que el día que Mirta se vaya del estado, empiezan los problemas de nuevo…
Continuará…