El régimen talibán que gobierna el país detuvo además, a través de diversas redadas, a los responsables de las plataformas de intercambio de criptomonedas.
La prohibición fue dispuesta por el Banco Central de Afganistán y derivó en 13 detenciones en operaciones realizadas en la provincia de Herat, en el oeste del país, según indicaron las agencias de noticias Europa Press y Bloomberg.
«El Banco de Afganistán nos ha hecho saber por carta que el comercio de divisas digitales ha causado muchos problemas y está estafando a la gente, por lo que es necesario cerrarlo», explicó por televisión el jefe de la Unidad contra el crimen de la Policía de Herat, Sayed Shah Sadat.
La Policía de dicha ciudad –la tercera más grande del país y un epicentro de minado e intercambio de criptomonedas- liberó bajo fianza a la mayoría de los detenidos, al tiempo que clausuró a 20 empresas y negocios vinculados con estas monedas digitales.
El banco central afgano ya había prohibido el mes pasado el intercambio de divisas extranjeras a través de plataformas virtuales, al no haber “ninguna instrucción en la ley islámica que lo apruebe”.
La medida de este viernes representa un golpe para quienes recurrieron a las criptomonedas en el país, el cual, debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados desde que retornaron al poder los talibanes en agosto del año pasado, se encuentra desconectado del sistema bancario internacional Swift.
El país, además, dejó de recibir asistencia humanitaria por los organismos internacionales –el cual representaba, antes del golpe talibán de agosto de 2021, un 40% del PBI-, no puede acceder a US$ 9.000 millones en reservas internacionales tras ser bloqueadas por Estados Unidos y los bancos locales se ven impedidos de otorgar préstamos.
En ese marco, las criptomonedas se habían convertido para los afganos en una herramienta de preservación del valor y para mover dinero dentro y fuera del territorio afgano, pese a que el acceso a internet –necesario para su uso- representaba una barrera para su uso.
La búsqueda local del término “crypto” a través de Google se había acelerado fuertemente desde los meses previos a la toma de los talibanes, según indican los datos de Google Trends; mientras que la firma de investigación Chainalysis clasificó en un informe a Afganistán como uno de los veinte principales países del mundo en términos de adopción de criptomonedas.
Pese a que el Gobierno, en febrero último, indicó que estaba bajo análisis permitir su uso, la decisión de los talibanes no resultó inesperada: algunos académicos llevaban tiempo anticipando que las criptomonedas iban a ser prohibidas por tener elementos de “apuesta e incertidumbre”, contrarios al fundamentalismo islámico que pregonan.
No obstante, otros países de mayoría musulmana han adoptado un enfoque más permisivo, como es el caso de Bahréin y el de los Emiratos Árabes Unidos, país que permite el comercio de criptomonedas en la zona franca de Dubai.
La regulación de las criptomonedas varía entre los países: mientras naciones como Estados Unidos y el Reino Unido se encuentran aplicando y analizando un marco regulatorio, pocos países –como China y Bolivia- dispusieron una prohibición total de las transacciones hasta el momento.