En un balance de su gestión, el fiscal especializado Juan Carlos Caperochipi advirtió que los casi cien casos de maltrato animal intervenidos en seis meses en Comodoro Rivadavia apenas representan la dimensión visible de un problema mucho mayor.
Según declaraciones del magistrado recogidas por el diario local Jornada, la crisis económica, la falta de educación y los conflictos vecinales suelen terminar con los animales como «variable de ajuste».
Las causas profundas: economía, educación y miedo al vecino
Caperochipi, titular de la Unidad Fiscal Especializada Ambiental y Animal, explicó que el maltrato rara vez es un hecho aislado. «Los animales se transforman en una variable de ajuste cuando el zapato aprieta desde lo económico», señaló, vinculando la problemática directamente con la difícil situación social. Además, destacó que el desconocimiento es clave: «mucha gente ni siquiera sabe que maltratar es un delito».
Uno de los principales obstáculos para actuar es el temor de los testigos. «La gente a veces tiene temor porque el denunciado es el vecino», reconoció el fiscal, pero aclaró que desde la fiscalía actúan para proteger la identidad del denunciante y evitar conflictos.
Cómo denunciar: canales oficiales y alertas en redes sociales
Para combatir el subregistro, la unidad habilita múltiples canales. Las denuncias se pueden realizar personalmente en el edificio Pérez Companc de Comodoro Rivadavia o en cualquier comisaría de la provincia, incluso de manera anónima. Caperochipi fue enfático en desaconsejar la acción directa de los vecinos: «Para eso existe esta estructura: canalicen todo a través nuestro. Si hay que hacer un rescate, lo hacemos con autorización judicial».
Un método novedoso de detección es el monitoreo de redes sociales. El fiscal reveló que todas las mañanas revisan publicaciones locales: «Si vemos seriedad, intervenimos igual, incluso sin denuncia formal». Aclaró que, si bien no existen «denuncias falsas», muchas situaciones (como un animal flaco) se resuelven con advertencias y educación sin llegar a un proceso penal.
Con un llamado a la responsabilidad colectiva, Caperochipi cerró su balance destacando la evolución en el tratamiento de estos casos por parte de la Policía del Chubut. Su mensaje es claro: para abordar el iceberg completo del maltrato animal, se necesita no solo una justicia eficaz, sino también un cambio educativo y social que ponga fin a la normalización del sufrimiento.




