Para los cabuleros, seguir un ritual es fundamental para el triunfo de la Selección. Expertos explican que estas creencias bajan la ansiedad.
Falta una semana para el inicio del Mundial Qatar 2022 y ya entramos en temporada alta de emociones. En cada partido, la magia del fútbol se vestirá de cábala para muchos aficionados que desde temprano repetirán caminos, vestuario o comidas para asegurar el triunfo de la Selección argentina, publica Clarín.
Es que para ellos, más allá de los jugadores o de la estrategia del director técnico, es igual de importante, por ejemplo, sentarse en la misma silla que en el partido anterior. Entienden que la pelota puede moverse al compás del talento de quien la patea o ser manipulada por ascendencia de poderes invisibles.
“Las cábalas son rituales que una persona lleva a cabo con la esperanza de tener buena suerte o de cumplir con sus objetivos”, define Alexis Alderete, psicólogo especialista en trastornos de ansiedad.
Para Adriana Guraieb, psicoanalista miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), funciona porque nosotros mismos le damos el poder. “La cábala hunde sus raíces en el pensamiento mágico infantil. Implica que se puede modificar el mundo exterior mediante el pensamiento y sirve para encontrar explicaciones a ciertos eventos. En los adultos, el pensamiento cabalístico también puede servir para reducir la ansiedad”, le explica a Clarín.
“Las cábalas pueden ser pequeños trucos que tienen las personas para lograr cierta seguridad o confianza a través de la asociación de dichos gestos con un estado de ánimo. Algunos las toman lúdicamente y otros de forma obsesiva. Intenta atrapar un resultado porque implica dejar de lado por un rato la incertidumbre que significa el no saber qué va a pasar”, agrega Miguel Espeche, psicoterapeuta especialista en vínculos.
Cábalas bajo la lupa
Cábala deriva del latín cabbala, y esta a su vez del hebreo qubbalah. Las qubbalah eran doctrinas, supuestamente recibidas de Moisés, que permitían develar secretos de poder mágico basados en significados ocultos de la Biblia. La Cábala judía ejerció una poderosa fascinación en los cuentos de Borges y atraviesa el texto “19 de septiembre de 1971” de Roberto Fontanarrosa, donde un personaje era “la cábala” necesaria para un triunfo épico de Rosario Central.
Estas acciones repetitivas que naturalizamos, muchas veces pueden resultar lúdicas, pero también pueden convertirse en una pesadilla. “Puede ser motivo de acercamiento con aquellas personas que coinciden o empatizan con dichas creencias. De lo contrario, habrá situaciones ríspidas, incómodas, violentas y pueden terminar en rupturas vinculares”, evalúa Guraieb.
Para Alderete, el conflicto se presenta cuando se piensa que cada paso del ritual se debe cumplir al pie de la letra y nuestra creencia no nos deja ver la consecuencia de la acción. “Es importante trabajar la rigidez en casos extremos y estar decidido a vencer los rituales para no trasladarlos a otras partes de tu vida ni generar enfrentamientos entre las personas cercanas”, argumenta.
Y comenta, como ejemplo, que algunas personas llegan a ver los partidos en total ausencia de otros miembros de la familia para no ser perturbadas. “En cuanto a los amigos, puede suceder que siempre se reúnan los mismos y en un lugar indicado donde la cábala no podrá ser modificada en los partidos siguientes. Esto puede generar la exclusión de otras amistades”, ilustra.
Espeche advierte que las personas que están muy aferradas a la cábala pueden tener conflictos con quienes no participen de la idea. “La ceremonia cabulera puede chocar con la forma de ser de quien está al lado y también generar frustración o alterar el estado de ánimo cuando no se obtiene el resultado anhelado”, comenta.
Ricardo Antonowicz es psicólogo deportivo. Interpreta que, como en la vida, el fútbol tiene un comienzo, pero desconocemos el final. “Las cábalas se usan para calmar ansiedades. El problema sobreviene cuando alguien se obsesiona con un resultado y acude a pensamientos compulsivos o se embarca en una práctica que lo expone a ciertos riesgos. Por ejemplo, aquel que apela al insulto. Esa conducta puede generar una reacción o confrontación con otra persona presente en el lugar”, le dice a Clarín.
Por ejemplo, una cábala muy común es reunirse con el mismo grupo de amigos con el cual hay un antecedente de triunfo. Pero, ¿qué pasa cuando ese rito va en contra del deseo de la pareja o de los hijos? “Cuando una cábala hace perder el registro del otro o no admiten desacuerdos, aparece el conflicto”, esboza Antonowicz.
Cabuleros
Leonardo Cartier (49) es hincha de Boca y vive en Campana. Le cuenta a este diario que sus cábalas empezaron a fines de la década del 90. Confiesa que no lo tranquilizan pero que las practica porque asume que es un ritual que debe hacer, sin mayor razonamiento.
“Mis cábalas principales son tres. Una es cruzar la pierna para el lado donde ataca mi equipo. Otra, que los brazos estén cruzados de manera tal que el brazo donde ataca mi cuadro de fútbol quede abrazado por el otro (por ejemplo, si ataca para la derecha, el brazo izquierdo pasa por abajo y agarra al otro brazo como si mi equipo tuviera el dominio de su rival). La tercera, y más vergonzosa, es que eructo cada vez que el adversario tiene la pelota. Uno cree que eso funciona. Es como un calmante mental que uno se hace por los nervios que le produce”, recapitula.