Sociedad

“Ven que sos de Argentina y te gritan ¡Messi!”: La increíble experiencia de un comodorense en Qatar

En comunicación con El Comodorense, el joven contó cómo son sus días en el país de Medio Oriente y habló sobre sus experiencias, los precios, el clima y el intercambio cultural con gente de todo el mundo pero en particular con los árabes. “Son todos muy buena onda y eso es lo lindo del Mundial, conocer gente y otras culturas. Es increíble”

Agustín es bombero del Destacamento 1 de Comodoro Rivadavia y el 22 de noviembre llegó a Qatar con amigos para vivir el Mundial. Los jóvenes planean poder ver hasta los cuartos de final.

“Al llegar a Qatar lo que más te impresiona es el aeropuerto, es muy tecnológico y enorme. En líneas generales se nota mucho que trabajaron incansablemente para el Mundial y siguen trabajando para ello. Con respecto a Doha, hay muchas cosas para hacer, es increíble”. En cuanto clima, contó que “el calor es abrumador durante el día, a la noche es cuando menos temperatura hay y la mínima suele ser de 25 grados”.

Una de las experiencias “más fenomenales”, según indicó Agustín, fue este lunes donde tuvo el contacto más cercano con la cultura árabe: “Mientras unos amigos iban a ver un partido, me fui a uno de los Fan Fest que están repletos siempre de extranjeros y es uno de los pocos lugares en donde te venden cerveza. Miramos el partido de futbol ahí por una pantalla gigante y en un momento vienen tres árabes, nos sacamos una foto con la bandera que dice Comodoro y uno de ellos saca una de Messi y nos volvimos locos”, relató el joven.

Y continuó: “Nos pasamos los números de teléfono y así nos quedó el contacto. A los días, en un grupo de WhatsApp de argentinos en Qatar hablaban sobre qué se podía hacer y se me ocurrió preguntarle a aquel árabe qué nos recomendaba. Inmediatamente nos invitó a conocer su casa de campo y su cultura, así que organizamos, nos llevaron y fuimos”.

Sobre el lugar, Agustín contó: “Cuando llegamos vimos que estaba lleno de alfombras, porque ellos se sientan en el piso, y en primer lugar nos dieron dos té diferentes con una comida típica muy rica y nos enseñaron cómo agarrar la taza y a cómo decir no quiero más, ya que tienen sus costumbres. Después conversamos mucho, ellos estaban muy interesados en Argentina y nos decían que amaban el país”.

Y agregó: “Algo que me llamó la atención fue que en un momento nos pidieron disculpas y que los esperemos porque tenían que rezar, lo hacen 5 veces al día depende de la posición del sol. Luego volvieron y nos mostraron un patio con diez camellos, los pudimos ver y darles de comer”.

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