Dos asesoras del diputado nacional de Juntos por el Cambio Gerardo Milman que estuvieron con él en un bar días antes del atentado contra la vicepresidenta Cristina Kirchner entregaron este jueves sus teléfonos celulares al fiscal federal Carlos Rívolo, al declarar por segunda vez como testigos en la causa.
Sin embargo, al hacerlo, una de ellas informó que cambió el aparato y la otra que borró la información que contenía el dispositivo. De esta forma, Carolina López Mónaco e Ivana Bohdziewicz declararon por segunda vez bajo juramento de verdad, esta vez ante la fiscalía de Rívolo, que tiene a su cargo la investigación.
Consultado al respecto, el abogado de la vicepresidenta, José Manuel Ubeira, señaló que «todo lo que podía llegar a ser significativo y que podía estar en los teléfonos ya se perdió».
En su declaración, López Mónaco explicó que el teléfono anterior estaba en poder de su hermana, y lo ofreció a la Justicia en caso de ser necesario.
Por otro lado, Bohdziewicz declaró que borró todo el contenido de su teléfono en el mismo día en que la jueza María Eugenia Capuchetti decidió delegarle la investigación al fiscal Rívolo.
«Esto es lo que pasa cuando la causa está decidida de antemano», acusó Ubeira en diálogo con AM750.
Y agregó: «Lo que sacamos en limpio de esa audiencia es que la jueza (Capuchetti) permitió que las pruebas que podían llegar a existir en esos teléfono, hoy no existan más».
Asimismo, remarcó que espera que el diputado Gerardo Milman vaya a declarar, lo que es «elemental en cualquier sistema investigativo», y en esta causa solo se «protegió y generó una enorme sospecha sobre lo que ya es más o menos evidente».
Por último, el letrado insistió en que «si los teléfonos fueron borrados es porque algo había».