La inflación vuela en Argentina. El aumento de precios interanual ha roto la barrera de las tres cifras por primera vez desde 1990, según datos oficiales. En febrero, el IPC avanzó un 6,6% respecto a enero y un 102,5% al compararlo con febrero de 2022. El dato que más alarma genera es la subida de los alimentos, que aumentaron un 9,8%. La noticia es un mazazo para el Gobierno peronista de Alberto Fernández y para su ministro de Economía, Sergio Massa, a sólo siete meses de las elecciones presidenciales.
El gran aumento de precio de los alimentos estuvo liderado por la carne y los productos lácteos, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Los acuerdos gubernamentales para frenar el valor de estos productos han fracasado y preocupa el impacto de los aumentos para la población con menores recursos. En Argentina, a mitad de 2022, casi una de cada diez personas vivía en la indigencia, es decir, no tenía ingresos suficientes para comprar la canasta básica de alimentos. La escalada inflacionaria hace prever que este dato empeorará más aún este año, al igual que el de pobreza, que era del 36,5%.
El podio lo completan los sectores de Comunicación, con una subida del 7,8%, y restaurantes y hoteles, que remarcaron sus precios un 7,5%.
Los movimientos sociales han tomado las calles de Buenos Aires en señal de protesta por la situación económica. “La deuda es con nosotros”, puede leerse en algunas pancartas de los manifestantes acampados frente al Ministerio de Desarrollo Social para exigir más ayudas y protestar contra recortes.
Muchos participantes de esta protesta viven de planes públicos de empleo, que complementan con otros subsidios estatales y pequeños trabajos ocasionales. “Trabajar no alcanza, está todo carísimo”, lamenta Jennifer Paso, quien protesta en la calle junto a dos hijos bebés en una mañana abrasadora, la quinceava jornada consecutiva de ola de calor en la capital argentina. A su lado asienten otras dos madres, que denuncian que los bolsillos se vacían cada vez más rápido.
En América Latina, sólo Venezuela supera a Argentina en inflación. La población local está acostumbrada a que los precios suban mes a mes pero los jóvenes no habían visto nunca que algunos productos se encareciesen de una semana a la otra como ocurre hoy en día o que diesen saltos tan grandes como los actuales. En los horarios menos concurridos, es posible encontrar a comerciantes etiquetadora en mano cambiando los precios a toda velocidad; también, recibir llamadas por teléfono para informar del aumento de valor de un bien encargado pocos días antes.