Desde hace ya varios años que los celulares son parte de nuestras vidas, nos acompañan a todos lados y hasta se convirtieron en herramientas de uso cotidiano para trabajar, comunicarse, informarse y entretenerse. Tanto es así, que cuando llega la noche, generalmente su batería está a punto de agotarse y necesitamos ponerlo a cargar para que no se apague y se mantenga encendido hasta el día siguiente.
Algunos, además, se van a la cama con el teléfono. Revisar las redes sociales, enviar los últimos mensajes del día o ver algunos videos, ya es una costumbre a nivel mundial. Y Muchos, hasta se van a dormir con el smartphone en la mano, lo dejan bajo la almohada o sobre la mesita de luz, enchufado, cargando su batería.
Este comportamiento, aunque suene lógico para contar con el dispositivo en caso de alguna emergencia o usarlo como alarma despertador, por ejemplo, podría intentar contra su vida útil.
Depender del celular para todos los aspectos de nuestra vida se convirtió en un dolor de cabeza. Cuando se quedan sin espacio de almacenamiento, comienzan a funcionar mal o bajan su rendimiento, hacen que nos pongamos de mal humor, nos frustremos y hasta pensemos en cambiarlo en cualquier momento.
Sin embargo, la raíz de todos estos problemas suele ser la saturación de la memoria caché. La acumulación de datos e información en esta memoria se genera por cada acción que realizamos en el celular a lo largo del día: el funcionamiento continuo del teléfono puede provocar pequeños e inocuos problemas de sistema, pero que consumen memoria y a la larga ralentizan tu celular y afectan a sus componentes.
Por ese motivo es recomendable apagar de vez en cuando tu celular. Esto hará que se libere la memoria caché, se cierren todas las aplicaciones en segundo plano y se reinicien las funciones del sistema. Así, se evita que se acumulen incompatibilidades o bugs y, además, es una solución sumamente práctica, rápida y que cualquier persona puede llevar a cabo.
Entonces, a la noche: ¿apago el celular, lo reinicio o lo puedo dejar cargando?
No todo es lo mismo. Existen diferencias entre las tres opciones. Apagarlo implica desactivar absolutamente todas las funciones del sistema. Esto hace que el dispositivo arranque de cero cuando lo enciendas. Reiniciar solo borra una parte de la memoria caché y mantiene partes del sistema en funcionamiento mientras se realiza el reinicio.
Por último, la carga nocturna -o dejarlo más horas cuando ya está al 100%- no tiene efectos en negativos graves en la batería. Casi todas las marcas, incluso en los modelos de baja gama, tienen optimizadores de cargas, por lo que cuando alcanzan el 100%, cortan y no siguen sobrecargando a la batería. Sin embargo, hacerlo todas las noches puede degradar, a largo plazo, los componentes internos.
Por otra parte, dejar el dispositivo enchufado por ocho o diez horas, tiene varios riesgos de seguridad que van más allá de la vida útil del teléfono o la batería:
Desgaste del cargador
Si bien el cargador de un teléfono celular no consume la misma energía que un electrodoméstico, sí consume energía pasiva -hablamos de cerca de 0.2 Watts por hora-. Esta actividad hace que la vida útil del cargador sea más corta, el cable de alimentación de corriente salga perjudicado y que las patas de conexión sean desgastadas.
Riesgo de incendio
Dejar el cargador del celular enchufado mucho tiempo tiene el riesgo (bajo, pero existe) que en caso de un cortocircuito en la red eléctrica puede generar un incendio. Además, si el enchufe, la caja o el cable de alimentación están en mal estado, crece el peligro.
Aumento de temperatura del dispositivo
Dejar enchufado este el celular puede provocar un aumento de su temperatura. Esto puede dañar sus componentes, calentar el material en el que esté apoyado y provocar un incendio.
Por estas razones, lo ideal es cargar el celular antes de irse a dormir. Los expertos también sugieren apagarlo al menos unos minutos, dos o tres veces por semana.