El Ministerio de Educación decidieron separar del cargo a la directora de la Escuela Nº 210 de Esquel, Ruth Woodke, y la vicedirectora, tras lo sucedido en agosto, con alimentos en mal estado que consumieron los alumnos. La supervisora de Región III del Ministerio, Sandra Ortiz, dijo a Jornada que es a partir de ayer “para dar inicio a la etapa de investigación, a fin de atribuir o deslindar responsabilidades”, sin que signifique a priori que hay culpa en el equipo directivo.
La directora es apartada de sus funciones por tener la responsabilidad en la escuela, y la vicedirectora como corresponsable, y ya corren los tiempos de la investigación por 90 días, esperada por los padres de alumnos afectados al consumir alimentos vencidos del comedor, el viernes 11 de agosto, y regresaron a sus hogares con dolor de cabeza y algunos con diarrea.
Mientras se investiga con personal preventor del Ministerio y Supervisión de Escuelas también evalúa la situación, se designará un director o directora de manera transitoria, hasta que se resuelva sobre la directora y vice.
Los padres con la preocupación del caso, se movilizaron rápidamente y el 18 de agosto se realizó una reunión con la directora Ruth Woodke, para pedir explicaciones, y contar lo que sucedió con los chicos que en su mayoría fueron descompuestos a la casa, tras ingerir esos alimentos.
Los padres insistieron con que a los niños ese día les sirvieron comida en mal estado. La directora reconoció en Cadena Tiempo que el proveedor de pollos había admitido que el producto había perdido la cadena de frío.
Antecedentes
Woodke se refirió a la afirmación de una de las mamás, Nancy Monsalve, que los chicos venían de otros días con descomposturas, y lo negó: “No es así; lo sucedido fue el viernes 11 de agosto, y al momento se decidió que los alumnos no consumieran la comida porque tenía un olor feo, y decidimos preparar otro menú”, aseverando que la preparación de la comida se hace con productos de muy buena calidad, y que lo ocurrido fue una excepción.
Los padres elevaron una nota al Ministerio y hubo reuniones en las que expusieron su malestar por el riesgo de salud que corrieron sus hijos. Desde aquel viernes los padres comenzaron a pedir “más cuidado en los alimentos que les dan en el comedor a nuestros hijos, y que no minimicen las cosas porque les sirvieron comida en mal estado”.
A los alumnos les dieron un locro que había quedado del 25 de mayo, que en la cocina descongelaron, le agregaron un estofado y arroz. “No se podía comer”, recalcaron. Resta saber cómo seguirá el tema.