En el Salón Dorado del Palacio San Martín, Javier Milei ratificó ante Jennifer Granholm, Juan González y Marc Stanley, tres miembros de la delegación enviada por Joseph Biden para participar de la asunción presidencial, su interés de establecer una “alianza estratégica” con los Estados Unidos que observa con preocupación el avanza del régimen chino en América Latina. Junto a Milei se encontraban la futura canciller Diana Mondino y Gerardo Werthein, designado embajador de Argentina ante la Casa Blanca.
La delegación enviada por Biden tiene su explicación geopolítica: Granholm es secretaria de Energía, González asesora al líder demócrata en asuntos vinculados a la región y Stanley es el representante de Washington en Buenos Aires. El litio y los denominados minerales raros ya forman parte de bienes estratégicos a nivel global, y la Casa Blanca considera clave para sus intereses que China quede al margen de su explotación industrial.
A diferencia de Alberto Fernández que planteó una relación diplomática de cercanía con Xi Jinping, Milei explicó en público y privado que tomará distancia de China y su ofensiva global a través del proyecto de la Ruta de la Seda. El presidente electo mantendrá el swap de yuanes que usa el Banco Central, pero tiene decidido congelar todas las iniciativas conjuntas que Alberto Fernández firmó con Xi.
En este contexto, el presidente electo ratificó su objetivo de estrechar lazos con Estados Unidos en asuntos de interés mutuo vinculados a inversiones directas, seguridad, narcotráfico, energía, comunicaciones y tecnología. La Casa Blanca observa a Milei como un aliado en América Latina que podría aplacar la ofensiva diplomática de China en la región.
El gobierno de Milei necesitará a la Casa Blanca para poner on track el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que la administración de Alberto Fernández incumplió en los últimos seis meses. Argentina tiene un vencimiento de 900 millones de dólares que debe pagar antes del 31 de diciembre, y hasta ahora sólo hubo conversaciones informales entre el futuro ministro de Economía, Luis Caputo, y el staff burocrático del Fondo.
Si Biden no sostiene la posición de la Argentina en el organismo multilateral, el gobierno de Milei iniciará su marcha con un obstáculo financiero que puede complicar sus primeras medidas económicas. Jake Sullivan, consejero de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, le aseguró a Milei que “su éxito es el éxito de los Estados Unidos”. Pero Sullivan trabaja en el Ala Oeste de la Casa Blanca, y en el FMI lidera Janet Yellen, secretaria del Tesoro.
Argentina y Estados Unidos tienen una mirada similar respecto al ataque terrorista cometido por Hamas contra Israel. Y ambos gobiernos consideran que Irán es una dictadura junto a Nicolás Maduro, Miguel Díaz-Canel y Daniel Ortega, que controlan el poder en Venezuela, Cuba y Nicaragua.
“La Delegación Presidencial encabezada por la secretaria de Energía Jennifer Granholm se reunió hoy con el presidente electo Javier Milei y conversaron sobre las prioridades compartidas entre ambos países en la defensa de los derechos humanos, las inversiones en energía limpia, y la cooperación regional y multilateral”, posteó el embajador Stanley en su cuenta oficial de X (ex Twitter).