El 2 de marzo de 1972, la NASA lanzó la nave Pioneer 10, primera sonda que atravesó el cinturón de asteroides y que llegó hasta el planeta Júpiter, el objetivo principal de su misión.
La nave, que cumple 52 años de viaje, siguió su camino hacia el confín del Sistema Solar hasta que se perdió contacto con ella en 2003, cuando se encontraba a 12.000 millones de kilómetros de la Tierra, recordó este viernes la agencia Europa Press.
En la actualidad, la nave se dirige hacia la estrella Aldebarán, en la constelación de Tauro, adonde llegará dentro de 1.690.000 años.
Lo que hace célebre a esta nave, además de su tiempo de viaje, es que contiene una placa inscripta con un mensaje simbólico que informa a eventuales civilizaciones extraterrestres con las que pudiera cruzarse, acerca del ser humano y su lugar de procedencia, la Tierra, una especie de mensaje en una botella interestelar.
En la placa aparece, a la derecha, la imagen de la sonda con el único fin de dar proporción a las dos figuras humanas dibujadas delante, una femenina y otra masculina.
A la izquierda, figuran un haz de líneas que parten radialmente de un mismo punto; ese punto es el planeta Tierra; las líneas indican la dirección de los púlsares más significativos cercanos a nuestro sistema solar y en cada uno, en sistema de numeración binario, la secuencia de pulsos de cada uno; este apartado constituye nuestro «domicilio» en el universo; una civilización técnicamente avanzada, con conocimiento de los púlsares, podría interpretar la placa.
En la parte inferior se representa un esquema del sistema solar, con los planetas ordenados según su distancia respecto al Sol y con una indicación de la ruta inicial de la sonda Pioneer 10.
La placa fue diseñada y popularizada por el astrónomo y divulgador estadounidense Carl Sagan y por el también astrónomo estadounidense Frank Drake.
Fuente: Télam