Toyota avanza con su plan de comercializar la Hilux Champ también en nuestra región: la pick up low cost que justamente apunta a lograr un precio mucho más accesible que las versiones convencionales, ya tiene algunos componentes registrados en Brasil, lo que aumenta las posibilidades de que desembarque aquí y, lo más importante, que pueda ser producida en la planta de Zárate.
Así lo revelan las imágenes que se filtraron en la web del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) del país vecino. Si bien todavía no se registró la camioneta completa, sí varias de sus partes, como el paragolpes delantero y el tablero. Como solemos aclarar en estos casos, en ocasiones las automotrices realizan este trámite para evitar copias, aunque habitualmente la principal intención es preparar el terreno para su llegada y posible fabricación.
Presentada a fines del año pasado en Tailandia, aprovechando el chasis y la mecánica de la Hilux actual, Toyota desarrolló una nueva pick up desprovista de todo lujo y cualquier accesorio superfluo. Es una camioneta pensada por y para uso comercial y que inevitablemente nos recuerda al Rastrojero argentino, tanto por su diseño como por su concepto.
Estéticamente, la marca japonesa buscó darle una imagen simple y sobre todo rústica, con cierta inspiración en las viejas Land Cruiser. Su aspecto se caracteriza por los trazos rectos y formas cuadradas que no buscan llamar la atención sino ser completamente funcional. Es por eso que prescinde de cualquier detalle decorativo: todo el frente, parrilla y paragolpes es de plástico negro sin pintar, cuenta con llantas de acero y faros halógenos –pueden llegar a ser de Led según la versión-. Por detrás, la caja de carga es como la de los mini-trucks, con laterales rebatibles o inclusive puede adquirirse sin ella, como la versión chasis-cabina de la Hilux, para que el usuario instale su propia carrocería. Las llantas son de acero, aunque puede incorporar de aleación como accesorio opcional.
Puertas adentro transmite la misma imagen básica y rústica del exterior: un tablero simple y desprovisto de casi todo lo que nos podemos encontrar en una pick up mediana actual. Nada de pantallas –incluso ni siquiera stereo en la configuración más básica-, instrumental con velocímetro y luces testigo –la versión base carece de tacómetro-, aire acondicionado opcional y como único ítem de confort, levantavidrios eléctricos, es decir, lo mínimo e indispensable. Cabe aclarar que el listado puede variar de acuerdo a cada mercado, pero la idea es que sólo cuente con lo esencial para el día a día.
Mecánicamente, la Hilux Champ saca a relucir su parentesco con la Hilux convencional: además del chasis, comparte su gama de motorizaciones. En Tailandia estará disponible con tres opciones, un motor naftero 2.0 VVTi (1TR-FE) que entrega 137 CV y 183 Nm de torque, acoplado a una caja manual de 5 marchas o un naftero 2.7 VVTi (2TR-FE) de 164 CV y 245 Nm de par, en este caso asociado a una caja automática de 6 marchas. La tercera versión equipa el conocido propulsor turbodiesel 2GD 2.4, que desarrolla 148 CV y 343 Nm de torque, también asociado a la caja automática de 6 velocidades. En todos los casos, la tracción es trasera. Más adelante podría incorporarse una versión 4×4 con reductora.
Cabe aclarar que se trata de configuraciones específicas para el mercado tailandés y que en nuestra región seguramente sean diferentes dada la preferencia por los motores diésel para las pick ups y utilitarios. Extraoficialmente, se sabe que la filial argentina de Toyota está trabajando para sumarla a la línea de producción a corto o mediano plazo, aunque para ello deberá realizar una importante obra de ampliación de la planta de Zárate, dado que actualmente ya opera al límite de su capacidad con la Hilux y SW4, a las que desde enero se sumó la Hiace, aunque en un anexo y formato SKD (ensamblada con un mayor porcentaje de piezas importadas).