La ministra de Seguridad dijo que analizan las experiencias de los países de la región; también distinguió entre delitos “de sangre” y delitos “menores”
Bullrich se refirió este miércoles a la intención del Gobierno de bajar la edad de imputabilidad y están evaluando si se impondrá en 14, 13 o 12 años, en base a la experiencia de países de la región en cada franja etaria.
“Todavía se está discutiendo la edad: si es 14, 13 como en Uruguay o 12 como Brasil. Estamos discutiendo cuál es la edad. Nos parece que hay dos cosas: en los delitos gravísimos tiene que haber imputabilidad; porque si es un asesinato, tiene que haber imputabilidad a la edad en que ese delito se cometa, si realmente hay conciencia del menor. En caso de delitos menores eso ayuda a que los jóvenes no sigan en su carrera. 13 tiene Uruguay y 12, Brasil; estamos estudiado cómo ha impactado eso sobre la población”, comentó Bullrich en Radio Mitre, al respecto del proyecto de ley que debería presentar el Ejecutivo en el Congreso si pretende avanzar en ese sentido.
Por el momento, aclaró que en la Argentina no se puede aplicar la metodología de darle una pena de adulto a quien cometa delitos de adulto debido a que lo impiden acuerdos firmados de carácter “supranacional”, que tienen rango constitucional. Esos tratados establecen “un tope” ante estas cuestiones, explicó la ministra.
“Lo estamos ordenando, además depende del delito. Hay delitos de sangre, donde nosotros queremos la máxima pena; hay delitos menores, donde uno puede tratar que el menor recapacite: [por ejemplo], un pequeño hurto”, detalló Bullrich, que agregó: “Ahí trataremos de que recapaciten. Así como en la teoría de las ventanas rotas de Estados Unidos, que comenzaban con un delito menor y se iniciaba un tratamiento especial para que no vuelvan a cometer el delito, en su momento fue muy exitoso. Luego eso se ablandó y volvió nuevamente el delito menor en Nueva York. Hay que tener una de cal y una de arena. A los que cometen delitos menores, tratar de que no cometan delitos mayores. Y a los que cometen un delito fuerte, de sangre, muy violento, esos tienen que tener una pena mucho más dura”.
Por otra parte, la ministra aseguró que trabaja junto a Migraciones para perfeccionar los mecanismos que permitan deportar a los extranjeros que integran organizaciones criminales o cometen ilícitos en la Argentina.