Trump y Netanyahu han consolidado una relación estratégica que ha redefinido las políticas en Israel y Medio Oriente. Históricamente, Estados Unidos ha sentido una fascinación por Israel, viéndolo como un reflejo de sus propios ideales de justicia y progreso. Según Orit Rozin, “Estados Unidos veía en Israel una historia paralela a la suya, con la construcción de una sociedad justa, avanzada y progresista”.
En los últimos años, esta relación ha sido fortalecida por lobbies proisraelíes como la AIPAC y el apoyo de grupos evangélicos, quienes se han convertido en defensores clave de Israel. Sin embargo, esta alianza también ha tomado un matiz partidista en Estados Unidos. “El apoyo a Israel se percibe cada vez más como algo alineado con el Partido Republicano”, señala Noam Gidron. Esto contrasta con el voto judío en Estados Unidos, tradicionalmente demócrata, como quedó demostrado en las últimas elecciones, donde el 79% apoyó a Harris.
Esta divergencia plantea una brecha cada vez más evidente entre los judíos liberales estadounidenses y el rumbo político de Israel bajo Netanyahu. Según Gidron, esta distancia podría generar tensiones que afecten la relación a largo plazo.
Acuerdos de Abraham y el Nobel de Trump
Uno de los legados más significativos de Trump en Medio Oriente son los Acuerdos de Abraham, que normalizaron las relaciones entre Israel y países como Emiratos Árabes Unidos, Marruecos, Baréin y Sudán. Trump busca ampliar estos acuerdos a naciones como Arabia Saudita, una negociación que se encontraba avanzada antes del ataque de Hamás en octubre de 2023.
El expresidente también parece tener en mente un objetivo personal: el Nobel de la Paz. Según el profesor Eytan Gilboa, “Trump quiere ser reconocido como un hombre de paz, y cree que un acuerdo con Arabia Saudita podría otorgarle ese reconocimiento”. Sin embargo, esta expansión enfrenta tensiones internas en Israel. La postura de algunos sectores del gobierno de Netanyahu, que abogan por la anexión de Cisjordania, complica la posibilidad de normalizar relaciones con Arabia Saudita.
Aislar a Irán también forma parte de la estrategia de Trump y Netanyahu. Durante su mandato, Trump se retiró del acuerdo nuclear con Irán, imponiendo sanciones que alinearon los intereses de ambos líderes. Sin embargo, las tensiones en Gaza y con Hezbolá siguen siendo desafíos para consolidar una paz duradera.
Trump y Netanyahu: ¿Alianza con fecha de caducidad?
A pesar de los avances, el futuro de la relación entre Trump y Netanyahu es incierto. Eytan Gilboa prevé que, aunque Trump podría estar en la Casa Blanca hasta 2028, Netanyahu enfrenta un panorama político complicado. “Es probable que haya elecciones en Israel en 2025, y no está claro si Netanyahu podrá mantenerse en el poder”, señala.
Además, la guerra en Gaza representa un obstáculo significativo para las ambiciones de paz en la región. Aunque se logró un alto el fuego con Hezbolá, no hay un plan claro para resolver el conflicto en Gaza, lo que podría limitar el alcance de las políticas de Trump en Medio Oriente.