Pumas Patagonia turismo sostenible. Guías de turismo y propietarios de campos participaron en el primer taller sobre observación de pumas organizado por Fundación Rewilding Argentina, en Parque Patagonia. La iniciativa busca transformar la presencia del gran felino en una oportunidad para desarrollo local.
Durante años, el puma fue visto como una amenaza para los productores ganaderos en la Patagonia. Ahora una nueva mirada empieza a abrirse paso, dándole un lugar preponderante en actividades de turismo de naturaleza, como la observación de fauna silvestre.
El pasado 6 y 7 de diciembre, en la Posta de Los Toldos, en Parque Patagonia, se desarrolló el primer taller para el avistaje de pumas como alternativa productiva. El evento reunió a guías turísticos y a propietarios de campos interesados en desarrollar experiencias de observación de fauna, una actividad en auge en otras regiones, como Torres del Paine en Chile.
A lo largo de las jornadas, los participantes accedieron a información científica y estrategias concretas. Además, el encuentro brindó una oportunidad para compartir perspectivas fundadas en su propia experiencia como guías de naturaleza.
Gabriel Nieto y Mariana Martínez, ambos con trayectoria en turismo y conservación, compartieron sus impresiones tras el encuentro y reflexionaron sobre el potencial del avistaje de pumas como herramienta para el desarrollo turístico y la convivencia con la fauna local.
“Este tipo de capacitaciones son innovadoras. Tener datos certeros y respaldados nos da herramientas valiosas para ofrecer experiencias de calidad”, destacó Gabriel.
“Cuando uno dice Patagonia, el visitante inmediatamente piensa en grandes espacios naturales, extensos e inabarcables”, describe Mariana. “La posibilidad de observar pumas en su ambiente es uno de los momentos soñados por muchas personas que visitan esta zona. Creo que esta actividad puede complementarse perfectamente con las alternativas turísticas ya existentes en la provincia”.
Durante el taller, los participantes disfrutaron de charlas dictadas por referentes de Fundación Rewilding Argentina y realizaron una salida de campo. Emiliano Donadio, director científico de la fundación, fue uno de los disertantes, que explicó el rol del puma en los ecosistemas y cómo su presencia fomenta la biodiversidad local.
Para los guías, este tipo de información resulta indispensable, porque “muchas veces, lo que compartimos con los turistas son historias o anécdotas, pero faltan datos concretos. Con este taller, pudimos acceder a información respaldada por estudios científicos”, explicó Gabriel Nieto.
Martínez coincidió en el valor del taller: “Las presentaciones nos aportaron información de valor sobre la ecología de la especie y los métodos de captura para la instalación de radiocollares. Con la salida a campo del segundo día, vimos de primera mano el trabajo de Facundo Epul como guía especializado en observación de fauna”.
Turismo como motor de cambio
El taller concluyó que el avistaje de pumas tiene potencial para transformar el turismo patagónico. Además de generar ingresos a través de la actividad turística, ofrece una alternativa sustentable para los productores locales.
Martínez remarca que el desafío “es encontrar la manera de convivir entre los productores ganaderos, la conservación de los grandes predadores y la posibilidad de que algunas estancias puedan ofrecer espacios para los visitantes interesados en ver pumas en la Patagonia”.
En relación con esto, una de las claves del taller fue explorar alternativas que permitan el avistaje sin perjudicar a las zonas productivas. Gabriel destaca lo aprendido, explicando que “según los estudios realizados en Parque Patagonia, se sabe que casi el 70% de la dieta del puma en esta región se basa en guanacos, por lo que resulta clave alejar el puma de las zonas productivas para asegurar la coexistencia entre el turismo y la producción”, explicó.
Además, señaló que la caza de pumas puede resultar una imagen impactante para los turistas que visitan la región con una visión conservacionista. “Nosotros, que crecimos en Santa Cruz, estamos acostumbrados, pero para alguien que viene con una mentalidad de cuidado ambiental, ver animales colgados en los alambrados puede ser muy fuerte”.
Entre las estrategias que se presentaron durante el taller para disuadir la presencia de pumas en las estancias, se destacaron los efectos lumínicos y el uso de perros. Sin embargo, reconocieron que el desafío no es solo técnico.
“El taller me dejó muy contento, con una visión renovada”, comentó Gabriel, quien es guía de pesca de montaña. Nacido y criado en Río Turbio, desde hace años recorre la cordillera, desde Perito Moreno hasta Los Antiguos, y conoce de cerca el conflicto con los pumas.
“Todavía hay campos donde se celebra la caza del puma como un logro. Cambiar esa mentalidad lleva tiempo, pero es necesario para conservar esta especie y, al mismo tiempo, atraer turistas interesados en la observación de fauna”, reflexionó Gabriel.
Martínez concluyó resaltando la importancia del turismo como herramienta de conservación: “Los visitantes suelen tener una percepción positiva de los grandes predadores. De hecho, muchos viajan kilómetros solo para tener la oportunidad de observarlos y fotografiarlos. La oportunidad es enorme para aprovechar esta tendencia y, al mismo tiempo, promover la conservación de la especie”.
El potencial para que el avistaje de pumas en Patagonia se convierta en un atractivo turístico es innegable. Mientras tanto, los guías y propietarios de campos comienzan a prepararse para ofrecer experiencias únicas que invitan a conocer de cerca a uno de los mayores símbolos de la fauna patagónica.