Alianzas reclamos Milei. Pese a que la elección de este año involucra solamente cargos legislativos, se convirtió en una instancia clave tanto para el Gobierno nacional como para los provinciales. Para el oficialismo será la oportunidad de cambiar la correlación de fuerzas en un Parlamento en el que La Libertad Avanza juega en absoluta minoría y obligada a negociar con otras fuerzas. Por eso -respaldado por su alta imagen positiva- el presidente Javier Milei la plantea como un plebiscito a su gestión. Para la oposición el desafío será no perder poder territorial producto del avance libertario.
En ese contexto, desde hace meses los gobernadores trabajan en una redefinición de alianzas políticas, que los unen por intereses comunes, por bloques regionales y, cada vez menos, por coincidencia partidaria.
El discurso libertario logró penetrar en todas las fuerzas y conseguir para Milei aliados impensados antes de su llegada a la Casa Rosada. Así, terminó quebrando lealtades políticas, especialmente de los gobernadores de provincias más dependientes de los recursos nacionales.
En un primer pantallazo puede dividirse al grupo de gobernadores entre opositores y dialoguistas, pero en una mirada de mayor profundidad, se detectan matices. Por ejemplo, hay quienes enrolados en el Partido Justicialista aún encuentran puntos de entendimiento con Nación. Lo mismo ocurre con los que dejan de lado diferencias ideológicas con sus pares y se agrupan para lograr conquistas para su región.
El inicio de la gestión de Milei fue muy conflictivo. La política de shock que propuso obligó a los gobernadores a realizar un ajuste similar en sus provincias, no sin consecuencias. Incluso se vivieron momentos de máxima tensión, como cuando los mandatarios del sur amenazaron con cortar el suministro de combustible a todo el país. Hoy, los enfrentamientos duros son cosa del pasado, a excepción de casos particulares.
A fuerza de negociación, política y billetera, el Gobierno tendió puentes con las provincias y logró consensos que le permitieron destrabar herramientas clave para su gestión como la Ley Bases y el Pacto Fiscal. Pero todavía quedan cuestiones por saldar. Los reclamos y pedidos de los gobernadores no solo se suscriben a las regiones que integran, en algunos casos tienen que ver con temáticas puntuales.
Según la ocasión lo precise, los gobernadores dieron muestras de poder dejar atrás diferencias partidarias para encolumnarse detrás de un reclamo común. Ya sea con la geografía como excusa o por intereses concretos, mandatarios que se encuentran en las antípodas ideológicas lograron unificar criterios para conseguir recursos para sus provincias.