Con Lionel Messi junto a Antonela Roccuzzo en una tribuna del estadio principal de Miami Gardens, donde se desarrolla el Masters 1000 de Miami, el serbio Novak Djokovic avanzó a la final al derrotar al búlgaro Grigor Dimitrov por 6-2 y 6-3.
En una cancha cruzada por fuertes ráfagas de viento, el número 5 del ranking y 4° favorito brindó una clase de tenis como para que la disfrutara el mejor futbolista del mundo, que llegó al predio cuando el partido había comenzado. Las cámaras de televisión no tardaron en tomar imágenes de un Leo sonriente, en el único momento del juego en el que hubo algo de paridad. Dos leyendas del deporte separadas por unos metros.
Dimitrov quebró en el inicio, pero enseguida cedió su servicio. Y cuando Messi, de gorra bicolor, con camisa negra y campera de jean, ya estaba en su butaca, Djokovic comenzó a marcar la diferencia. Como si hubiera esperado para dar lo mejor. Porque a partir de entonces descolló ante un rival tenaz que, con el arrastre del cansancio de las batallas en las jornadas previas, le ofreció una resistencia limitada, con más perseverancia que precisión, señala La Nación.
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El búlgaro salvó un match point cuando estaba 2-5 y 30-40 en el segundo parcial y conservó el servicio, pero enseguida Nole fue implacable con su saque para cerrar el juego al cabo de una hora y nueve minutos. Apretó un puño, sacudió la raqueta con la mano derecha y sonrió en la red al abrazarse con su adversario, mientras aplaudía no solamente Lionel, sino también Juan Martín del Potro, sentado entre quienes conforman el equipo de trabajo del serbio. El tandilense vive gran parte del año en Miami y fue invitado por el serbio, con quien tiene un muy buen vínculo, así como con su entrenador, el escocés Andy Murray.
El tenista que ya lo ganó todo y sigue vigente recibió la visita del futbolista que contemporáneamente conquista todo con la pelota en los pies. Ambos tienen 37 años. El rey de la raqueta nació un mes y dos días antes. Este viernes, una gestión de cuatro personas permitió que Messi disfrutara del juego después del entrenamiento de Inter Miami, que este sábado recibirá a Philadelphia por la Major League Soccer.
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Pepe Costa, un fiel ladero de Leo que dejó Barcelona para seguirlo también en Estados Unidos, le escribió a Germán Dozoretz, agente y amigo del extenista Federico Delbonis, para consultarlo sobre la posibilidad de que Messi concurriera a ver a Nole. Y Dozoretz se contactó con Charly Gómez-Herrera, manager del serbio y con el que Delbonis estuvo muy en contacto cuando Djokovic jugó con Del Potro la exhibición en diciembre pasado en Buenos Aires. La intención era que luego del partido se saludaran, como ha sucedido ocasionalmente en otros eventos, fuera de una cancha. Es la foto que todos quieren ver.
En cierto descanso del partido Messi fue mostrado por la pantalla gigante del estadio y recibió una aclamación, ante la cual sonrió. Más tarde, consumada su victoria, Djokovic apuntó que se veía enaltecido de haber actuado con el argentino como testigo. “Es impresionante tenerlo. Un gran honor y un placer haber jugado ante él, posiblemente por primera vez. Estoy muy agradecido de que haya estado acá, creo que con hijos y en familia. Por supuesto, lo admiro, como la mayoría del mundo, por su carrera. Es impresionante que siga jugando. Y somos de la misma edad, nacidos en 1987. Es lindo tenerlo por acá”, se complació el campeón olímpico.
Y un buen rato después del encuentro apareció la foto esperada. Las fotos, en realidad. Una, de Novak con Lionel. Y la otra, de ambos con Juan Martín. Los dos argentinos y el serbio en el vestuario del estadio de Miami, donde Djokovic llegó a su final número 60 en torneos Masters 1000 y este domingo procurará su título número 100 en el circuito, frente al ganador del encuentro que en la noche del viernes jugarán el estadounidense Taylor Fritz (3°) y el checo Jakub Mensik.