Alumnos de 6to grado. Los datos surgen de las respuestas de los mismos estudiantes de 6° grado de primaria evaluados en las pruebas Aprender 2023. Cómo afecta al aprendizaje y la comprensión.
El avance de la tecnología, los altos costos, la falta de incentivo. Son muchos y variados los motivos por los que los chicos leen cada vez menos y no tienen libros en sus casas, según publicó TN.
En este contexto, desde Argentinos por la Educación realizaron un relevamiento de las respuestas del Operativo Aprender 2023 que generó preocupación: a nivel nacional, el 13% de los estudiantes de 6° grado de primaria asegura no tener libros en formato papel en su casa, un 24% cuenta que tiene entre 1 y 5 libros, el 22% entre 6 y 20 libros, el 16% de 21 a 50, el 9% entre 51 y 100, y solo el 16% más de 100.
El análisis, realizado en el marco del Día Internacional del Libro, que se celebra cada 23 de abril en conmemoración por los fallecimientos de los escritores Miguel de Cervantes, Inca Garcilaso de la Vega y William Shakespeare, busca fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual.
Según se detalló, al analizar las respuestas por provincia, muchas jurisdicciones superan el promedio nacional en el porcentaje de chicos con pocos libros. Por ejemplo, en Formosa el 73% tienen menos de 20 libros en sus casas, en Santiago del Estero el 68%, y en Corrientes, San Juan y Chaco, el 67%. A este llamativo número se le suma La Pampa, donde mayor porcentaje de chicos declara no tener ningún libro en formato papel en sus casas: 16%.
“A partir del dato que sostiene que en Argentina uno de cada dos chicos de 3° grado no entiende lo que lee, en 2023 comenzamos la Campaña Nacional por la Alfabetización Que Entiendan Lo Que Lean. Sabemos que hoy el desafío sigue, y contar con libros en cada hogar es una condición necesaria, aunque no suficiente, para desarrollar el hábito y el deseo por la lectura”, asegura Federico del Carpio, Coordinador de Políticas Educativas de Argentinos por la Educación.
En el mismo sentido, resalta que “la responsabilidad principal es de los gobiernos, que ya están trabajando en el tema, pero hace falta redoblar esfuerzos”. Además, destacó que el compromiso cotidiano de las familias “puede hacer una gran diferencia”.
Más lectura, mejores notas
Distintos estudios han mostrado que tener libros en casa tiene una relación positiva con el desarrollo de habilidades lectoras y con el hábito de lectura en la infancia. Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que analiza la relación entre la presencia de libros en el hogar y el rendimiento en lectura (2022), basado en las pruebas PISA 2018 examina cómo el entorno digital puede influir en el acceso a libros impresos y en el rendimiento en lectura de los estudiantes.
Dicho informe destaca que los estudiantes que leen principalmente en formato impreso obtienen puntuaciones significativamente más altas en las evaluaciones de lectura en comparación con aquellos que leen en formatos digitales o que rara vez leen libros. Además, señala que la cantidad de libros físicos en el hogar ha disminuido en los últimos años, especialmente entre familias de entornos socioeconómicos más bajos, lo que podría estar contribuyendo a una brecha en el rendimiento lector.
“Destaco la importancia de contar con estos datos para comprender qué se puede hacer para cambiar esta tendencia. Lo digital avanza y se vuelve cada vez más fundamental en nuestras vidas, pero es clave recordar la importancia de la lectura en papel. Tener el ejemplo en nuestros hogares hace la diferencia”, señala Clara Zavalia, cofundadora de Intelexia.
Por su parte, Andrea Olmedo, docente de la escuela Juan Pascual Pringles en Laboulaye, se refirió a la importancia del formato físico: “Manipular, mirar, girar páginas, olor, tocar, tener el contacto directo con un libro, despierta sensaciones, curiosidades que motivan a niñas y niños a leer, a entrar en un mundo que abre otros mundos. Los libros, principalmente en formato papel, tienen ese ’no sé qué’ que atrapa, aunque sea por un ‘ratito’ y, con el tiempo, ese ratito puede convertirse en un ‘montón’. La lectura enriquece el vocabulario, la manera de pensar, de ser críticos frente a situaciones de la vida cotidiana, de terminar con prejuicios. Leer es un acto revolucionario que empieza por simple curiosidad”.
Si bien los datos de las Aprender no indagan acerca de cuáles son los motivos por los que los chicos están alejados de los libros, algunos han manifestado que está relacionado con la mayor participación que tiene la tecnología y sus diferentes formatos, aunque no se puede apuntar solo a esto, sino que también está en juego el alto costo de los libros “y la importancia que la sociedad le da a la cultura”, según precisó del Carpio.
“Es una de las causas por la que nos interesaba indagar, ver la situación, la cantidad de libros disponibles para los chicos. Venimos trabajando en la campaña que promovió que los gobiernos de cada provincia estén trabajando en planes de alfabetización. Hay una relación entre la cantidad de libros disponibles y las capacidades que desarrollan”, resaltó.
Ante esto, señaló que también es un avance los esfuerzos de las provincias, aunque los índices son muy malos. “Hoy, uno de cada dos alumnos no puede comprender un texto simple”, criticó. “¿Los chicos tienen material de lectura para comprender esta situación? Esto no te va a decir si comprende, pero si tiene consideración de peso, en la escuela y en sus casas», agregó.
Inclusive, resaltó que ver que el 59% no cuenta con más de 20 libros en sus casas “es una variable importante a mirar”.
Por otra parte, se refirió a la migración hacia la lectura en formato digital. “Cambiaron los modos y medios en los cuales se leen, pero también es cierto que no tiene el mismo valor pedagógico que el libro en papel, el cual tiene mayor relevancia y significatividad de adquirir habilidades lectora en los primeros años”, sumó el integrante de Argentinos por la Educación.
“Si queremos niños lectores, seamos padres lectores, tíos lectores, que nos vean en casa, predicar con el ejemplo es fundamental”, sostuvo.
Del Carpio también habló de los altos costos de los libros actualmente. “Las familias han olvidado el libro como regalo, también incluir en el paseo el fin de semana la visita a librerías o bibliotecas del barrio. Movernos en círculos que el libro aparezca como protagonista. La familia puede hacer más para hacer crecer la pasión por leer”.
Aunque de igual manera mencionó que la distribución de recursos pedagógicos adecuados a la edad de los chicos desde el Gobierno debe tener dentro el reparto de libros y sobre el final, el especialista remarcó: “Lo que está borroso es el papel del adulto, es el que tiene que marcar los límites y establecer los momentos para cada cosa. Leyendo aprendemos también a tener esa amplitud mental de estar un rato largo sin el celular y no pasa nada, meternos a una novela que nos lleve a otros lados y fortalecer el papel como adultos“.