Con una victoria contundente por 2-0 frente a Banfield, Boca Juniors encontró en La Bombonera la chispa que necesitaba para reconectar con la victoria y la ilusión.
Bajo la batuta magistral de Leandro Paredes, el equipo de Miguel Ángel Russo mostró un rostro diferente, sólido y con ideas claras, que le permite mirar la tabla de posiciones con otro optimismo.
Un Liderazgo que Trasciende la Cancha
No exagera quien afirma que la llegada de Leandro Paredes ha sido el revulsivo que Boca necesitaba. El volante, recientemente convocado por Lionel Scaloni para la Selección Argentina, no solo aporta su inmensa calidad técnica, sino también una jerarquía y un liderazgo que el equipo parecía haber extraviado. Desde su regreso, se ha erigido como el director de orquesta, el hombre que ordena, distribuye y genera juego donde antes había desorden. Su presencia es sinónimo de calma y posesión, un faro en medio de la tormenta que vivía el club.
La Huella del 5 en el Marcador
La influencia de Paredes no es una mera percepción; se ve reflejada en números concretos. Fue el artífice intelectual de ambos goles en la noche del domingo. En el primer tanto, con una precisión milimétrica, filtró un pase entre líneas para Brian Aguirre, quien asistió a Miguel Merentiel para romper el cero. Para el segundo, demostró su calidad desde el balón parado: un corner preciso desde la derecha encontró la cabeza de Edinson Cavani, que selló el triunfo. Su huella está en las últimas victorias, siendo clave en los puntos sumados ante Racing, Gimnasia y ahora Banfield.
El Capitán sin Vince que Unifica al Grupo
Más allá de lo estrictamente futbolístico, el rol de Paredes es crucial en el vestuario. En un plantel que había mostrado ciertas fracturas, el mediocampista actúa como un aglutinante. Su jerarquía de campeón del mundo y su personalidad lo convierten en el referente natural, un interlocutor válido para los jugadores, el cuerpo técnico y la dirigencia. Es el capitán sin brajalete que ha logrado unir al grupo bajo un mismo objetivo, cerrando grietas y canalizando las energías hacia la cancha.
Un Equipo que Empieza a Encontrar su Rumbo
Si bien Banfield no representó el examen más complejo, Boca cumplió con lo elemental: fue sólido en defensa, efectivo en ataque y mostró una contundencia que había estado ausente. La dupla Merentiel-Cavani cortó su sequía goleadora, una noticia vital para las aspiraciones del club. Si bien persisten desafíos, como la búsqueda de regularidad en los extremos con Carlos Palacios y Brian Aguirre, la base con Paredes y Rodrigo Battaglia en el mediocampo ofrece una solidez prometedora. Battaglia, en particular, se perfila como el socio ideal, permitiendo al «5» desplegar todo su fútbol.
Un Futuro que Vuelve a Sonreír
La pregunta sobre qué pasará el día que Paredes no esté queda para otro momento. Ahora, la misión es disfrutar de este presente renovado y apoyar un proceso que, por fin, parece tomar rumbo. La victoria ante Banfield no es la solución definitiva, pero sí es un paso firme y necesario. Con Paredes conduciendo, Boca recupera la autoestima y la fe, dos ingredientes esenciales para pelear por su único objetivo claro este año: clasificar a la Copa Libertadores 2026. La energía, efectivamente, ha cambiado en La Bombonera. La información de esta nota fue extraída del medio Clarin80.