La esposa de Charlie Kirk habló por primera vez luego del crimen del activista conservador en Estados Unidos. Entre lágrimas, prometió mantener vivo su legado.
Dos días después del asesinato de Charlie Kirk, su esposa, Erika Kirk, se pronunció públicamente a través de las redes de Turning Point USA, la organización que él mismo había fundado. Desde el estudio de su marido, y visiblemente conmovida, expresó: “Por toda la eternidad llevará la gloriosa corona del mártir”.
Con la voz entrecortada, agradeció a quienes intentaron salvar la vida del activista y a las fuerzas de seguridad que capturaron al sospechoso. También dedicó palabras de gratitud al expresidente Donald Trump y al vicepresidente estadounidense JD Vance, quienes mostraron su apoyo en medio de la tragedia.
“Los gritos de esta viuda resonarán en todo el mundo”
En su discurso, Erika sostuvo que el asesinato no detendrá el movimiento que su esposo lideraba. “Los gritos de esta viuda resonarán en todo el mundo como un grito de guerra”, afirmó, dejando claro que no permitirá que el legado de Kirk quede en el olvido.
La viuda resaltó que Charlie fue un “padre perfecto, el marido perfecto” y recordó que amaba profundamente a su familia, a Estados Unidos y a la vida. Además, subrayó que su misión estaba basada en la fe, el patriotismo y los valores cristianos.
La continuidad de un movimiento
En un pasaje de su mensaje, Erika anticipó que continuará con las actividades previstas por su esposo y por la organización Turning Point USA. Según sus palabras, la batalla que él inició “no es solo política, sino espiritual”, y aseguró que se fortalecerá tras este hecho.
De acuerdo con Clarín, Charlie Kirk, de 31 años, fue asesinado el miércoles pasado durante un acto en la Universidad del Valle de Utah. El principal acusado, un joven de 22 años identificado como Tyler Robinson, ya fue detenido.
La despedida
Entre lágrimas y con una convicción firme, Erika Kirk cerró su intervención pidiendo la bendición de Dios para su país: “Dios los bendiga a todos y que Dios bendiga a Estados Unidos”.
Su promesa final fue que nadie olvidará jamás el nombre de su esposo y que el movimiento que fundó será más fuerte que nunca.