Muchos usuarios conviven con la frustración de tener un celular que se congela, tarda en abrir aplicaciones o responde con lentitud.
Sin embargo, no siempre se trata de un problema de hardware: con ajustes simples en la configuración, es posible mejorar el rendimiento en cuestión de segundos y sin gastar dinero en un equipo nuevo.
Uno de los trucos más efectivos para optimizar cualquier smartphone es desactivar las animaciones. Estos efectos visuales consumen recursos innecesarios. Ingresando a Ajustes > Opciones de desarrollador, se pueden modificar las escalas de animación de ventana, transición y duración del animador, colocándolas en “Animación desactivada”. El resultado es un sistema más ágil y fluido.
Actualizá el software y las apps
Tener el sistema operativo y las aplicaciones en sus últimas versiones es clave. Las actualizaciones no solo mejoran la seguridad, también corrigen fallas que afectan la memoria y el rendimiento. En Android, se recomienda activar las actualizaciones automáticas desde Google Play Store y revisar periódicamente la sección de “Actualización de software”.
Liberá espacio de almacenamiento
Cuando la memoria interna está llena, el celular se vuelve más lento. Eliminar fotos, videos o apps en desuso libera recursos. Otra opción es instalar versiones “Lite” de las aplicaciones más pesadas. Además, limpiar la memoria caché regularmente ayuda a evitar que el sistema se trabe y mantiene un margen de espacio libre para un mejor funcionamiento.
Reiniciá tu celular con frecuencia
Reiniciar el dispositivo al menos una vez por semana refresca la memoria temporal y elimina procesos en segundo plano. Este hábito sencillo, recomendado por especialistas, ayuda a conservar la fluidez en el uso diario.
Según C5N con simples pasos y sin invertir dinero, es posible recuperar la agilidad del celular y extender su vida útil. La clave está en mantener el sistema actualizado, liberar espacio y aplicar pequeños ajustes en la configuración.