En un gesto que rompió con su protocolo habitual, Marcelo Gallardo abandonó inmediatamente el campo de juego tras la histórica derrota de River Plate ante Deportivo Riestra por 2-1. El entrenador no esperó a sus jugadores y se dirigió directo al vestuario mientras el Monumental descargaba su frustración con fuertes silbidos.
Ni bien el árbitro Pablo Echavarría decretó el final del partido, Gallardo tomó una decisión que sorprendió a todos: en lugar de permanecer en el campo como acostumbra en momentos difíciles, emprendió la retirada inmediata hacia el vestuario. Según testigos presenciales citados por TyC Sports, el Muñeco se mostró «visiblemente fastidiado» y optó por el camino más corto para abandonar la cancha.
El contraste con su conducta habitual
Lo que más llamó la atención fue el contraste con su comportamiento tradicional. En épocas de crisis, Gallardo suele transformarse en un «escudo protector» para sus jugadores, permaneciendo a su lado durante los silbidos y mostrando unidad frente a la adversidad. Este domingo, sin embargo, rompió ese patrón establecido a lo largo de su carrera en el club millonario.
El contexto de la silbatina monumental
La reacción de Gallardo se produjo en medio de uno de los ambientes más hostiles que se recuerden en el Estadio Monumental. Las tribunas descargaron su furia con un «cancionero lapidario» que no se escuchaba desde hacía mucho tiempo en Núñez. La cuarta derrota consecutiva del equipo exacerbó los ánimos de una hinchada que perdió la paciencia con el rendimiento del plantel.
Las repercusiones en redes sociales
Las imágenes del rápido retiro de Gallardo no pasaron desapercibidas. Rápidamente se viralizaron en las redes sociales, donde los hinchas de River analizaron cada detalle de la actitud del técnico. Mientras algunos cuestionaron su reacción, considerándola una falta de apoyo hacia los jugadores, otros entendieron el gesto como un reflejo de la misma frustración que siente la hinchada.
La posterior autocrítica en conferencia
Pese a su conducta en el campo, Gallardo asumió posteriormente la responsabilidad en la conferencia de prensa. Allí buscó respaldar a sus dirigidos y cargar con las culpas de la mala racha, aunque su accionar inmediato post-partido ya había dejado una imagen que difícilmente se borrará de la memoria colectiva riverplatense.
La rápida retirada de Gallardo del campo de juego simboliza la profundidad de la crisis que atraviesa River Plate. Lejos de su característico rol protector, el técnico pareció reflejar la misma desconexión que hoy existe entre el equipo y su hinchada. El gesto, que sin duda alimentará el debate interno, muestra a un Gallardo tan frustrado como los propios hinchas que silbaron su salida. Información extraída del medio TyC.