La visita del Presidente a Nueva York reaviva el debate sobre el futuro del dólar en Argentina, con reservas en caída y expectativas económicas en tensión.
La economía argentina atraviesa días de máxima tensión. El presidente Javier Milei comenzó una visita fugaz a Nueva York cuyo punto central será la reunión con Kristalina Georgieva, directora del FMI. Desde el llamado “lunes negro” del 8 de septiembre, cuando la elección en la provincia de Buenos Aires agitó los mercados, el staff del organismo mantiene un contacto estrecho con el equipo económico para definir los próximos pasos.
Libre flotación: la discusión que divide al Gobierno
El gran interrogante es si Argentina avanzará hacia un esquema de libre flotación del dólar. Por ahora, el ministro de Economía Luis Caputo se resiste y prefiere usar las reservas para sostener la estabilidad cambiaria, mientras apuesta a que cambien las expectativas del mercado. Su carta más fuerte es el posible anuncio del Exchange Stabilization Fund (ESB) del Tesoro estadounidense, que podría aportar un respiro financiero.
Expectativas: el factor que define el rumbo
El manejo de expectativas se volvió central. Como explicó Guillermo Calvo en un trabajo académico, incluso con ajustes fiscales y monetarios, si los agentes económicos desconfían, las tasas reales permanecen altas y generan un círculo vicioso. En Argentina, esa lógica se repite: el escepticismo sobre la capacidad del Gobierno para sostener su plan puede forzar el fracaso del mismo.
¿Apoyo externo o incertidumbre política?
En este escenario, todo gesto cuenta. La posibilidad de que Donald Trump, figura clave en el tablero internacional, influya en la relación bilateral, o que el FMI refuerce su respaldo, son variables en análisis. Sin embargo, la gran incógnita está en las legislativas del 26 de octubre: hasta que no se despeje el riesgo de un regreso del populismo, Washington difícilmente muestre todas sus cartas.
Entre flotar por las buenas o por las malas
La libre flotación puede convertirse en un camino inevitable. El dilema es si se concretará con un marco de confianza que estabilice la economía o si llegará de manera desordenada, empujada por la crisis. En ese sentido, las elecciones legislativas serán decisivas, porque lo que está en juego trasciende lo económico y marcará el rumbo político del país.
Según informó Cronista, la expectativa internacional y el resultado electoral serán los factores clave para definir el futuro inmediato del modelo económico de Milei.