En un contexto de producción histórica en Vaca Muerta, con niveles que vislumbran el objetivo de alcanzar un millón de barriles diarios hacia 2030, la economía local muestra contradicciones: más del 50 % de las PYMEs de Neuquén capital declararon una caída en sus ventas en el primer semestre de 2025 respecto del mismo período de 2024, según una encuesta de Acipan.
El deterioro fue más severo en las empresas vinculadas al sector energético: en casos puntuales, las caídas alcanzaron entre el 30 % y el 40 %, según Daniel González, referente de Acipan, en diálogo con el sitio especializado Mejor Energía.
Vaca Muerta: un oasis para los grandes jugadores
De acuerdo con adnsur. Esta retracción, dice González, responde a varios factores interrelacionados: la caída del precio del barril (de USD 80 a USD 60 entre enero y marzo), el freno en nuevas inversiones a la espera de definiciones políticas.
Los cuellos de botella en la infraestructura de evacuación de crudo y gas, las restricciones al crédito, las tasas de interés elevadas, la escasez de circulante y una demanda interna debilitada.
En ese escenario, varias empresas del ramo de servicios petroleros y la construcción registraron despidos, afectando especialmente a trabajadores de UOCRA y petroleros.
La lógica del desarrollo local permanece condicionada: sin señales claras como la construcción del ducto Vaca Muerta Sur para escalar la evacuación de producción.
Y ante la falta de certezas macro, el potencial productivo no se traduce ni en dinamismo ni en recuperación para el entramado empresarial neuquino.
Obstaculos a enfrentar
En paralelo, surge un obstáculo estructural vinculado al financiamiento productivo: la reciente eliminación de exenciones fiscales a los fondos de riesgo de las Sociedades de Garantía Recíproca (SGR) encarece el acceso al crédito para las PYMEs, advirtió ACIPAN.
La medida amenaza la continuidad de uno de los pocos mecanismos eficientes de avales disponibles para las empresas locales, lo que podría profundizar la asimetría en la cadena de valor.
En este escenario fragmentado, los llamados institucionales cobran relevancia. Más que nunca, el futuro de las PYMEs neuquinas está atado al ritmo de inversión en Vaca Muerta, a medidas que garanticen liquidez y acceso al crédito, y al cumplimiento efectivo de la ley de “Compre Neuquino” (Ley 3338).
Como señaló González en diciembre pasado, esa normativa fue clave para empezar a consolidar una cadena de valor local competitiva. Sin embargo, sin un marco que combine política industrial y respaldo financiero, la expansión del shale corre el riesgo de profundizar brechas en lugar de cerrar oportunidades.