El Banco Central proyecta iniciar en 2026 una etapa de acumulación de reservas si la economía se reactiva y aumenta la demanda de pesos.
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) proyecta comenzar a acumular reservas internacionales a partir de 2026, condicionado a una recuperación de la demanda de dinero y un repunte sostenido de la actividad económica. Así lo adelantó el vicepresidente de la entidad, Vladimir Werning, durante una presentación ante inversores en Washington, según información de C5N.
Un plan basado en la “remonetización” de la economía
El funcionario explicó que el objetivo del BCRA es pasar de una etapa de estabilización económica hacia un proceso de “re-monetización impulsada por la demanda”. Este enfoque busca que la economía argentina retome el crecimiento a través de la compra sostenida de reservas internacionales, siempre que la demanda de pesos aumente en línea con la recuperación del consumo y la producción.
“Las compras de reservas no esterilizadas pueden jugar un papel clave en la remonetización del país”, aseguró Werning. Según la entidad, el bajo nivel actual de monetización —equivalente al 2,6% del PBI frente a un promedio histórico del 8,7%— deja margen para expandir la base monetaria sin generar presiones inflacionarias.
Las tres fases del programa monetario del BCRA
Durante 2024, el Banco Central se enfocó en eliminar el financiamiento al Tesoro, reducir el exceso de pesos y aplicar un esquema de control de agregados monetarios, medidas que contribuyeron a moderar la inflación y normalizar los precios relativos.
En 2025, se avanzará hacia una transición con flotación administrada, bandas cambiarias y un levantamiento gradual de los controles de capital. Esta fase incluirá la eliminación de las LEFI, reemplazadas por instrumentos de mercado abierto, y podría implicar una política monetaria más contractiva.
Finalmente, en 2026, comenzará la etapa de acumulación de reservas no esterilizadas, acompañada de un mayor uso del peso en la economía, fortaleciendo la liquidez externa y estabilizando las expectativas cambiarias.
Una apuesta al equilibrio y la estabilidad
Werning subrayó que el éxito del plan depende de una recuperación sostenida de la confianza en la moneda local, así como del equilibrio fiscal y externo. De cumplirse las proyecciones, el país podría retomar un proceso de crecimiento con mayor estabilidad y sin recurrir a emisión monetaria descontrolada.




