Siete personas, entre ellas mujeres y niños, murieron tras un ataque con dron de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) contra un hospital infantil en Darfur Norte.
Un nuevo episodio de violencia sacudió a Sudán. Un ataque con dron perpetrado por el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) contra un hospital infantil en la localidad de Karnoi, en Darfur Norte, dejó un saldo de siete personas muertas —entre ellas mujeres y niños— y cinco heridos. Organizaciones humanitarias calificaron el hecho como un crimen de guerra y exigieron la intervención internacional.
Un ataque “brutal y sistemático” contra civiles
Según informó la Red de Médicos Sudaneses, el bombardeo afectó directamente a las salas donde los menores recibían tratamiento médico. Entre los heridos se encuentran dos niños que estaban internados al momento del ataque.
“La ofensiva en Karnoi es un crimen de guerra que demuestra la magnitud de la matanza perpetrada por las FAR”, señaló la organización en un comunicado.
Una fuente militar confirmó que los drones del grupo paramilitar también atacaron la localidad de Al Tina, en el mismo estado de Darfur Norte, intensificando la crisis en una zona ya devastada por los enfrentamientos.
Condena internacional y llamado urgente a la ONU
Diversas ONG y organismos internacionales, incluida la ONU, denunciaron que las FAR llevan adelante ataques sistemáticos contra la población civil, además de ejecuciones, violencia sexual y secuestros.
La Red de Médicos Sudaneses pidió a la comunidad internacional “romper su silencio” y adoptar medidas urgentes para frenar las agresiones, garantizar la seguridad de los civiles y permitir la entrada de ayuda humanitaria.
Según datos oficiales, la guerra en Sudán ha provocado más de 150.000 muertos y ha desplazado a más de 13 millones de personas, convirtiéndose en una de las peores crisis humanitarias del planeta.
Un país al borde del colapso humanitario
El ataque al hospital infantil de Karnoi simboliza la gravedad del conflicto y la falta de protección para los más vulnerables. La destrucción de centros médicos y la persecución de civiles son parte de una escalada bélica que pone en riesgo la estabilidad de toda la región.
Según Radio3, este nuevo atentado evidencia la urgencia de una acción coordinada internacional para frenar la violencia y restablecer el acceso a la asistencia humanitaria.
									 
					



