Delegaciones de Estados Unidos, Ucrania y varios países de la Unión Europea se reúnen este domingo en Ginebra para analizar el plan de paz de 28 puntos presentado por el presidente estadounidense Donald Trump para poner fin al conflicto con Rusia.
El encuentro diplomático de alto nivel busca «pulir» la propuesta estadounidense que ha generado controversia por incluir exigencias de Moscú como la cesión de territorio ucraniano y la renuncia a ingresar a la OTAN. Según informó el medio internacional DW, el secretario de Estado Marco Rubio llegó a primera hora a la ciudad suiza para liderar la delegación norteamericana.
Las delegaciones participantes en Ginebra
La representación estadounidense está compuesta por el secretario de Estado Marco Rubio, el enviado especial para misiones de paz Steve Witkoff y el secretario del Ejército Dan Driscoll. Por parte europea, asisten los asesores de política exterior de Francia, Reino Unido, Alemania e Italia, junto a representantes de la Comisión Europea y el Consejo Europeo. Ucrania envía a su jefe de gabinete Andri Yermak y al jefe negociador Rustem Umérov, en una muestra de la importancia que Kiev otorga a estas conversaciones.
El controvertido plan de paz de Trump
El gobierno estadounidense presenta su iniciativa de 28 puntos como «un marco para las negociaciones» que busca poner fin al conflicto desatado por la invasión rusa de 2022. La propuesta, que ha sido recibida con satisfacción por Vladimir Putin, retoma varias exigencias de Moscú que resultan problemáticas para Ucrania y sus aliados europeos, incluyendo la cesión de territorio ocupado, la reducción del tamaño del ejército ucraniano y la renuncia explícita a cualquier futura membresía en la OTAN.
La postura ucraniana y los plazos
El presidente Volodimir Zelenski, mientras su equipo participa en las conversaciones, enfatizó en un mensaje de Telegram que «en paralelo al trabajo diplomático, debemos hacer todo lo posible para fortalecer nuestra defensa contra estos ataques rusos tan pérfidos». Originalmente, Trump había dado a Ucrania hasta el 27 de noviembre para responder a su propuesta, aunque el sábado aclaró que no se trataba de una «última oferta», dejando abierta la posibilidad de negociaciones adicionales.
Estas conversaciones representan el esfuerzo diplomático más significativo en meses para buscar una solución al conflicto más sangriento de Europa desde la Segunda Guerra Mundial, aunque las profundas diferencias entre las partes y la naturaleza controvertida del plan estadounidense plantean serios desafíos para alcanzar un acuerdo que sea aceptable tanto para Ucrania como para sus aliados occidentales.




