El sistema de aviación estadounidense enfrenta una crisis sin precedentes: miles de vuelos cancelados, aeropuertos saturados y una creciente alarma por la seguridad aérea.
El motivo central es el prolongado cierre del Gobierno Federal, que mantiene a miles de controladores aéreos trabajando sin cobrar y pone bajo presión la infraestructura del tráfico aéreo.
Escasez de personal y caos operativo
La Administración Federal de Aviación (FAA) se vio obligada a reducir un 10% el tráfico aéreo en más de 40 aeropuertos clave, incluyendo Newark, LaGuardia, Chicago O’Hare, Boston y Los Ángeles. La medida busca sostener los estándares de seguridad ante la falta de personal y el creciente ausentismo de los controladores.
Según informó Noticias Argentinas, más de 13.000 controladores trabajan sin recibir su salario desde hace más de un mes, en medio de una tensión política que mantiene paralizado al Congreso.
“Si llegamos a una semana más de shutdown, verán un caos masivo”, advirtió Sean Duffy, secretario de Transporte de EE. UU., al señalar que los retrasos podrían extenderse a todo el país y que algunas zonas del espacio aéreo podrían cerrarse temporalmente por falta de personal.
Riesgos para la seguridad y el impacto económico
La falta de descanso, la sobrecarga laboral y el estrés se han convertido en factores críticos para el personal aéreo. Bedford, administrador de la FAA, calificó la situación como “sin precedentes” y advirtió que el ausentismo puede dispararse en los próximos días si no se soluciona la crisis presupuestaria.
En aeropuertos como Newark o Dallas, miles de pasajeros permanecen varados o enfrentan cancelaciones inesperadas. “He hecho grandes sacrificios para este viaje, y si se retrasa, será devastador”, expresó Leonor Trinidad, una viajera afectada.
Cada día de paralización implica pérdidas millonarias para aerolíneas, aeropuertos y el turismo. El contexto se agrava con la cercanía de dos fechas clave en el calendario estadounidense: el Día de los Veteranos y Acción de Gracias, que marcan el inicio de la temporada alta de vuelos.
Un conflicto político que mantiene en vilo al país
El cierre del Gobierno Federal responde a la falta de acuerdo entre el Congreso y el Ejecutivo sobre la aprobación del presupuesto. Mientras el debate político continúa, las consecuencias se sienten en el aire, con demoras que ya superan las tres horas en algunos aeropuertos.
Los expertos señalan que, sin un consenso rápido, el “caos masivo” anticipado por Duffy podría escalar en cuestión de días, comprometiendo la seguridad operativa y afectando gravemente la economía estadounidense.
Expectativa por una resolución
Hasta el momento, no hay señales claras de un acuerdo político que permita normalizar las operaciones. La FAA advirtió que las restricciones de vuelo se mantendrán “hasta que los indicadores de seguridad mejoren”, incluso si se aprueba el presupuesto.
El panorama sigue siendo incierto, con una industria aérea que intenta sostener la operatividad bajo condiciones límite.




