Una denuncia formal por agresiones y abuso de poder
En una sesión cargada de dramatismo, la senadora por Tierra del Fuego Cristina López presentó una cuestión de privilegio contra la vicepresidenta del Senado y presidenta de la Cámara, Victoria Villarruel. La legisladora fundamentó su acción en denuncias de «agresiones físicas y tocamientos impúdicos» que, según su relato, sufrió semanas atrás cuando fue desalojada de su despacho. Según la publicación de la Agencia Noticias Argentinas (NA), López dirigió sus palabras directamente a Villarruel: «Lo que está pasando en esta Cámara es grave e intolerable. En el Senado reina el autoritarismo y el abuso de poder».
El cruce verbal durante la sesión
El momento más álgido se produjo cuando López comenzó a leer su declaración. Villarruel la interrumpió para pedirle que no leyera el texto. “¿A usted le parece que después de lo que hicieron alguien puede decir algo tranquila?”, replicó la senadora fueguina, visiblemente alterada. La vicepresidenta respondió con dureza: «Si usted usurpa los despachos pasan estas cosas». Una acusación que López rechazó de inmediato, argumentando: «Usted sabe que no fue así. Hace un mes que venía ocupando ese despacho con el senador (Sergio) Leavy y hay testigos de eso».
El trasfondo político de la acusación
Más allá del incidente específico, López vinculó el accionar de Villarruel con una represalia política. La senadora afirmó, dirigiéndose a la presidenta del cuerpo, que «todo lo sucedido en este último mes es un acto de represalia política de parte suya por haber jurado por los 30 mil desaparecidos». Esta declaración sitúa el conflicto en el profuso debate ideológico y simbólico que caracteriza a la política argentina, transformando una disputa por espacios físicos en un enfrentamiento con amplias connotaciones históricas y de derechos humanos.




