Más de 3.000 productores del Valle del Río Chubut se encuentran bajo investigación por presuntos desvíos ilegales de agua fuera del sistema oficial de administración.
La situación no se centra únicamente en el caudal del río, sino en cómo se gestiona el recurso una vez que ingresa al entramado de canales, compuertas y tomas, generando tensiones entre usuarios y poniendo en debate la transparencia del sistema.
Sospechas de conexiones no autorizadas
Según #La17, las sospechas apuntan a conexiones paralelas y tomas no autorizadas que, al acumularse, alteran la distribución prevista del recurso. Estas prácticas generan desigualdades entre quienes cumplen con las normas y quienes se benefician de desvíos irregulares.
Impacto en la vida cotidiana y el sector agrícola
La problemática excede el ámbito productivo y afecta a localidades como Trelew, Rawson, Gaiman, Dolavon y 28 de Julio, donde el agua potable se convirtió en una preocupación concreta. Aunque no se habla de un colapso inmediato, sí se advierte la necesidad de garantizar que el consumo humano mantenga prioridad dentro del sistema.
En el sector agrícola, las irregularidades en las tomas afectan la previsibilidad del riego, desordenan turnos y obligan a reprogramaciones que impactan directamente en los márgenes de producción. En un valle donde el agua estructura la economía, la falta de reglas claras genera incertidumbre y desigualdad.
El rol del Dique Florentino Ameghino
Otro punto crítico es la administración del Dique Florentino Ameghino, que requiere equilibrio entre generación eléctrica, riego y abastecimiento. Cualquier desajuste aguas abajo introduce incertidumbre en la operación general. Los especialistas advierten que el sistema pierde eficiencia cuando existen desvíos fuera del control oficial.
Reclamo por reglas claras y sanciones
La discusión dejó de ser técnica para convertirse en un tema social y político. El agua es un bien público y su gestión no puede limitarse a diagnósticos parciales. Se reclama control efectivo, fiscalización sostenida y sanciones claras para evitar que las irregularidades se naturalicen.
Entre usuarios y vecinos se repite una demanda que gana fuerza: reglas parejas y transparencia. No se trata de señalar a un sector en particular, sino de garantizar que el uso del agua responda a criterios comunes, sin privilegios ni atajos.
La investigación sobre presuntos desvíos ilegales en el Valle del Río Chubut expone la necesidad de fortalecer el sistema de administración del recurso, garantizar la prioridad del consumo humano y asegurar igualdad de condiciones para todos los productores y vecinos.




