La muerte bajo custodia del exgobernador opositor Alfredo Díaz reavivó la presión internacional contra el régimen de Nicolás Maduro
Desde Washington, el gobierno de United States Department of State denunció las condiciones carcelarias en Venezuela y exigió respuestas inmediatas. La situación vuelve a encender el foco global sobre los derechos humanos en el país caribeño.
Alfredo Díaz, detenido y fallecido en El Helicoide
Díaz, exgobernador del estado Nueva Esparta, había sido detenido en noviembre de 2024 tras ser procesado bajo cargos de “terrorismo” e “instigación al odio”. Permanecía recluido en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), en la prisión conocida como El Helicoide, denunciada repetidamente por su uso sistemático como centro de detenciones arbitrarias y torturas.
Habitualmente aislado, Díaz había denunciado padecer problemas de salud y reclamado atención médica que —según sus familiares y su partido— no le fue garantizada. Su fallecimiento, a los 55 años, ocurrió tras un infarto mientras estaba bajo la custodia del Estado.
Washington condena el régimen y exige rendición de cuentas
Desde su oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, el Departamento de Estado emitió un duro comunicado: calificó la muerte de Díaz como otra muestra de la “naturaleza vil del régimen criminal de Maduro” y responsabilizó al Estado venezolano por su integridad.
La reacción se suma al fuerte rechazo internacional tras una serie de muertes de presos políticos en cárceles venezolanas desde los comicios de 2024. Organismos de derechos humanos alertan sobre condiciones de detención arbitrarias, aislamiento prolongado e incumplimiento del derecho a la atención médica.
Oposición y ONG denuncian negligencia y exigen justicia
El partido opositor al que pertenecía Díaz, así como la ONG Foro Penal, denunciaron que su muerte no puede considerarse un hecho fortuito: sostienen que se trató de un homicidio por negligencia del Estado. Aseguran que su condena fue arbitraria, el aislamiento extremo y la falta de atención médica eficaz constituirían violaciones graves a sus derechos.
Al sumar este caso al menos ocho dirigentes presos muertos desde las elecciones de 2024, crece la exigencia de organismos internacionales de activar mecanismos de investigación. Muchos señalan que hay razones suficientes para una intervención del sistema judicial internacional.
La muerte de Alfredo Díaz sacude nuevamente a la comunidad internacional y pone bajo la lupa al régimen venezolano. Con denuncias que señalan detenciones arbitrarias, torturas y falta de garantías básicas, el caso vuelve a visibilizar una crisis profunda en materia de derechos humanos. La presión global, encabezada por Estados Unidos, exige respuestas concretas: ¿hasta cuándo seguirá impune la persecución política en Venezuela?




