La economía de los hogares argentinos da una señal de alerta máxima. Según los últimos datos del Banco Central, la morosidad de las familias escaló en octubre al 7.8%, el nivel más alto registrado en los últimos 15 años.
Este preocupante récord, que fue informado en un detallado reporte por Infobae, evidencia una tensión creciente en las finanzas domésticas, agravada por el uso recurrente del pago mínimo de las tarjetas de crédito, que genera una peligrosa «bola de nieve» de deuda. Según ADNsur.
Un panorama que se deteriora: las familias vs. las empresas
Los números muestran una brecha abismal. Mientras la mora de los préstamos a empresas se mantiene en un 1.9%, la de los hogares lo cuadruplica. Pero lo más alarmante es la velocidad del deterioro: en octubre de 2024, esta tasa era del 2.5%, lo que significa que se triplicó en apenas un año. Este dato contrasta con un contexto en el que el crédito al sector privado crece levemente por encima de la inflación, impulsado por préstamos hipotecarios y prendarios, lo que indica que muchas familias acceden a financiamiento mientras sus ingresos reales no logran seguir el ritmo de sus compromisos.
La trampa del pago mínimo: cómo una deuda se multiplica por diez
El problema se potencia con un hábito común: pagar solo el mínimo de la tarjeta. Una simulación técnica, compartida por el mismo diario, muestra cómo este mecanismo, conocido como «efecto revolving», se transforma en una trampa financiera. Supongamos un usuario con un consumo mensual estable: en solo seis meses de abonar únicamente el pago mínimo, este monto puede multiplicarse por diez, aunque no se realicen nuevos gastos significativos.
Esto ocurre porque el saldo no cancelado genera intereses, sobre los cuales además se cobra IVA (21%). Mes a mes, estos costos se incorporan a la deuda financiada, creando una espiral donde el usuario termina pagando sumas enormes para reducir muy poco el capital original. El resultado es que la tarjeta sigue funcionando, pero a un costo financiero creciente que rápidamente se vuelve inmanejable.
Consejos clave para evitar el desborde financiero
Frente a este escenario, los especialistas recomiendan acciones urgentes para las familias:
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Evitar el pago mínimo como hábito: usarlo solo en situaciones excepcionales.
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Reducir los consumos en cuotas cuando ya existe saldo financiado pendiente.
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Revisar el costo financiero total (Tasa Nominal Anual + IVA) y no solo la tasa nominal.
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Priorizar la cancelación de los saldos rotativos antes de asumir nuevos compromisos en cuotas.
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Evaluar alternativas de refinanciación con tasas más bajas si la deuda ya se volvió inmanejable.
Si bien el sistema bancario mantiene cobertura para absorber esta mayor mora, el margen de las familias es cada vez más estrecho. En un contexto de ingresos ajustados, el desafío es anticiparse y ajustar el consumo financiado antes de que el resumen confirme que la cuenta definitivamente no cierra.




