En un intento por evitar que el valor del dólar oficial quede desfasado, el Gobierno argentino implementará a partir del nuevo año un esquema modificado de bandas cambiarias.
Estas dejarán de ajustarse un 1% fijo cada mes para actualizarse en base a la inflación oficial con dos meses de rezago, una medida que busca reducir el atraso cambiario y desvincular el precio de la divisa de la dinámica inflacionaria.
La primera actualización bajo las nuevas reglas se aplicará en enero, tomando como referencia la inflación de noviembre de 2025, que fue del 2.5%. Esto podría llevar el techo de la banda desde los $1.526 actuales hasta aproximadamente $1.564. Para febrero, se proyecta aplicar el incremento correspondiente a la inflación de diciembre, estimada en un 2.1% según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM). Según Noticias Argentinas (NA).
Una nueva fórmula para evitar el atraso cambiario
El eje central del cambio es técnico pero de gran impacto. Hasta ahora, el Banco Central (BCRA) actualizaba mensualmente las bandas dentro de las cuales opera el dólar mayorista en un 1% fijo. Esta nueva regla modificada busca acercar la evolución del tipo de cambio oficial a la inflación, para así evitar que la divisa pierda valor real y se genere un «atraso cambiario» que perjudica a sectores clave como las exportaciones.
A partir de enero, el ajuste de las bandas responderá a la inflación oficial medida por el INDEC, con un desfase de dos meses. Es decir, la suba de enero reflejará la inflación de noviembre, la de febrero la de diciembre, y así sucesivamente. El objetivo declarado es «dejar de usar al valor del dólar como ancla del resto de los precios de la economía».
El rol clave de la acumulación de reservas y el contexto político
El éxito de esta política dependerá en gran medida de la capacidad del BCRA para comprar divisas en el mercado y acumular reservas internacionales. Acelerar la acumulación es también una demanda del Fondo Monetario Internacional (FMI). El respaldo de la sociedad tras las elecciones de medio término y la reciente aprobación del Presupuesto 2026 son pilares políticos que el Gobierno espera que den estabilidad a este nuevo marco cambiario.
Los mercados ya anticipan este movimiento: a fines de febrero, los contratos de futuro operan un dólar mayorista de $1.522, y a fin de marzo, de $1.555, lo que refleja un alza mensual del 2% en línea con las expectativas de inflación.
Más cambios en el horizonte financiero
La modificación de las bandas no es el único cambio para 2026. Paralelamente, se pondrá en marcha la liberación de los depósitos menores a USD 100.000 del último blanqueo de las Cuentas Especiales de Regularización de Activos (CERA). Se estima que más de USD 20.000 millones podrán redireccionarse hacia inversiones financieras e inmobiliarias, liberando una masa significativa de dólares.
Según la información oficial, el Gobierno busca con estas medidas que haya más oferta y también más liberalización para la demanda de divisas. Sin embargo, la dinámica del turismo emisivodurante el verano será un primer termómetro clave para evaluar la presión de la demanda sobre el dólar y el funcionamiento del nuevo sistema.




