El panorama de los metales preciosos está cambiando. Aunque el oro y la plata consolidan su rol tradicional como valores refugio, otros dos metales están ganando protagonismo en las carteras de inversión y las joyerías: el platino y el paladio.
Tras un año de subas históricas, estos metales industriales muestran una volatilidad marcada, pero con perspectivas sólidas que los perfilan como nuevas alternativas de refugio.
Según Noticias Argentinas (NA), todos los metales preciosos cierran el año con ganancias semanales notables, aunque con fuertes correcciones tras alcanzar picos récord. Esta dinámica responde a una combinación de factores: la relajación de la política monetaria en Estados Unidos, tensiones geopolíticas y una oferta limitada frente a una demanda industrial creciente.
Un año de récords históricos para los cuatro metales
El 2025 fue extraordinario para el sector. El oro acumula una suba neta del 65%, encaminándose a su mejor año desde 1979. La plata, por su parte, escaló un impresionante 150%, impulsada por su condición de mineral crítico y una producción que no logra satisfacer la demanda industrial y de inversión. Sin embargo, el verdadero fenómeno fueron los metales del grupo del platino: el platinotrepó un 9.8%, alcanzando máximos históricos por encima de los 2,450 dólares la onza, mientras que el paladio se disparó más de un 13%.
Toma de ganancias y volatilidad en el corto plazo
La euforia de los máximos dio paso a una brusca corrección técnica. Los inversores optaron por tomar ganancias tras las fuertes alzas, provocando caídas pronunciadas en los últimos días del año. El oro cedió más de un 4%, la plata retrocedió un 8.4%, y los metales industriales fueron los más golpeados: el platino se hundió casi un 13% y el paladio se desplomó un 15%. Esta volatilidad es típica de mercados sobrecalentados y no necesariamente borra la tendencia alcista de fondo, sostenida por fundamentos sólidos.
Más que inversión: la revolución del platino y paladio en la joyería
Más allá de los gráficos, estos metales están conquistando un nuevo espacio: las alianzas y anillos de compromiso. Joyeros y consumidores ponderan sus cualidades únicas. El platino es más denso y pesado que el oro, lo que le confiere una sensación de solidez y lujo muy valorada. El paladio, en cambio, es más liviano y económico, ofreciendo una alternativa hipoalergénica y de bajo mantenimiento similar al platino, pero a un precio más accesible. Su extraordinario color blanco natural los hace ideales para joyería fina, aunque trabajar el paladio requiere un conocimiento especializado que no todos los joyeros poseen.
El cierre de 2025 deja una enseñanza clara: el concepto de «metal refugio» se está ampliando. Si bien el oro y la plata mantienen su reinado, el platino y el paladio emergen con fuerza, respaldados por una escasez de oferta minera y una demanda industrial robusta, especialmente del sector automotriz para catalizadores. Para 2026, los analistas mantienen objetivos alcistas, con el oro apuntando a los 4,600 dólares y la plata a los 75 dólares la onza. En las joyerías y en los mercados financieros, estos cuatro metales brillan con luz propia, ofreciendo diversificación y nuevas oportunidades tanto para inversores como para consumidores.




